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Marcelo Cohen

Marcelo Cohen (Buenos Aires, 1951) fue un escritor, traductor y crítico literario argentino, que falleció el 17 de diciembre de 2022. Desde 1975 residió en Barcelona, hasta su retorno a Argentina en 1996.

Su padre, de origen judío, llegó a la Argentina a los cinco años. Su madre, hija de padre ucraniano y madre polaca, tenía cuatro hermanas. El mismo Cohen ha señalado que en su casa no abundaban las obras literarias, y que su entorno, de clase media de inmigrantes, más la nostalgia que a veces había en su hogar, lo llevó a evadirse con una literatura fantástica más bien sombría, con autores como Kafka, Philip K. Dick, Italo Calvino, J. G. Ballard y además por William Faulkner. También leyó varios poetas que algunas personas de su entorno le acercaron, como Fernando Pessoa, Eugenio Montale, Giuseppe Ungaretti, Ezra Pound y César Vallejo.

En 1963 comenzó a cursar el secundario en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Trabajó desde los catorce años, fue vendedor de chocolates, recadero, etc. A comienzos de los setenta se relacionó con el grupo del taller literario Mario Jorge de Lellis, de orientación marxista, integrado entre otros por Daniel Freidemberg, Jorge Asís, Irene Gruss, Jorge Aulicino, Rubén Reches, Alicia Genovese.

Empezó a estudiar Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, pero no terminó la carrera. Estudió inglés, italiano y portugés en varias academias e institutos. A finales de 1975, viajó a España y, ante la aparición del gobierno de facto de 1976 en Argentina, definió su estadía en el país europeo, que llegaría a durar veinte años. En 1993 conoció a Graciela Speranza, con quien contrajo matrimonio. A partir de 1996 reside en Buenos Aires.

Entre 1979 y 1981 colaboró con el suplemento literario del diario El país, de Madrid. En 1980 se convirtió en redactor de la revista literaria Quimera, de Barcelona. Desde que en 1982 cierra la revista El viejo topo —de la cual era jefe-redactor—, comienza a consolidarse en el oficio de traductor, con decenas de libros en su haber, entre los cuales se encuentran Fausto de Christopher Marlowe; El alquimista, de Ben Jonson; Lady Susan, de Jane Austen; Los cuadernos de notas, de Henry James; Sobre poesía y poetas, de T.S. Eliot; Ventanas Altas, de Philip Larkin; Exhibición de atrocidades, de J. G. Ballard; Poesías escogidas, de A.R. Ammons; Adagia, de Wallace Stevens; El precio era alto, dos volúmenes de cuentos, de Scott Fitzgerald; La máquina blanda y El billete que explotó, de William Burroughs; Escritos sobre Joyce, de Italo Svevo; Quincas Borba, de Machado de Asís y Felicidad clandestina, de Clarice Lispector, entre muchos otros.

Hasta 1995 colabora con el diario La Vanguardia, de Barcelona. Durante los últimos años de su residencia en España y a su vuelta a Buenos Aires, colabora con frecuencia en el suplemento cultural del diario Clarín, uno de los primeros en reconocer la valía de sus primeros libros, cuando aún permanecía fuera de su país de origen. En 2001 funda y es co-director de la revista de artes y letras Milpalabras. En 2002 es director general de Shakespeare por escritores, proyecto de la editorial Norma para traducir las obras completas del dramaturgo y poeta inglés, que cuenta con la colaboración de cuarenta y dos escritores de once países.

Algunos de sus ensayos y reseñas escritos entre 1986 y 2000 fueron publicados bajo el nombre ¡Realmente fantástico!, en 2003, año en que cesa la edición de Milpalabras y nace Otra parte, revista que funda y dirige junto a su mujer, la escritora Graciela Speranza. Desde 2004 dirigió la colección Línea C, de la editorial Interzona. Según sus palabras, “se propone traducir algunos de los narradores contemporáneos más relevantes del género fantástico, que a veces son los más relevantes sin distinción de género, y publicarlos junto a autores latinoamericanos. Línea C quiere que, con el tiempo, su catálogo sea un muestrario de respuestas de la imaginación a las inquietudes de una época, de aperturas a lo desconocido y la expresión por venir”. No solo participó en la elección de varios títulos, sino que también Cohen se ocupó de realizar traducciones.

Desde los inicios de interZona, la colaboración de Cohen con esta casa editorial ha sido enorme. Dentro del catálogo, publicó tres novelas de su autoría: El país de la dama eléctrica, El testamento de O’Jaral y Gongue. En su rol de traductor, tenemos el honor de contar con los siguientes títulos: August Eschenburg de Steven Millhauser; El azogue de China Miéville; Historias inverosímiles, en general, de Alasdair Gray; Preparativos de viaje, de M. John Harrison; Locus solus, de Raymond Roussel; y el reciente Adagia, de Wallace Stevens.

En julio de 2022, Marcelo Cohen recibió La Rosa de Cobre, un reconocimiento a su trayectoria otorgado por la Biblioteca Nacional. Pionero para las nuevas camadas de escritores, se lo considera maestro y renovador del género fantástico en lengua castellana, trazando una vía personal en esa tradición argentina que iniciaron Borges y Bioy Casares en la década del 40, y continuó Cortázar ya en la década del 60.   

Su obra narrativa, que comenzó a publicar en 1972 con el libro Lo que queda, cabalga entre el cuento, la novela y el ensayo. Fuera de los títulos mencionados, Marcelo Cohen publicó: El oído absoluto (1989), El fin de lo mismo (1992), Hombres amables (1998), Los acuáticos (2001), La solución parcial (2003), Donde yo no estaba (2006), Los acuáticos (2007), Casa de Ottro (2009), Balada (2011), Música prosaica (2014), Algo más (2015), Notas sobre la literatura y el sonido de las cosas (2016), Un año sin primavera (2017), La calle de los cines (2018), Llanto verde (2022) y más.

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