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Autores contemporáneos que rinden homenaje al Pulp Fiction

Zombis, lepra y linchamientos. Todo eso y más, en la colección “Zona Pulp”, presentada por interZona. Los títulos disponibles son: “Fractura expuesta”, de Walter Lezcano; “Trasnoche vudú”, de Mariano Buscaglia; “El paraíso de los condenados”, de Chingiz Abdullayev y “Mano propia”, de Nico Saraintaris.

CAPITAL FEDERAL (ANDigital) / Pulp refiere a un formato barato, popular, rústico y hasta descartable (papel de pulpa), en el que se imprimían textos escritos de manera rápida y prolífica de los diversos géneros literarios que se agrupan en el Pulp Fiction.

Allí confluyen: novela negra, suspenso, erótica, ciencia-ficción, aventuras, romance, terror, fantasía, western.

De este movimiento, que cautivó a toda una generación de jóvenes lectores, surgieron algunos de los escritores masivos más populares del siglo XX y ahora, interZona lanza su colección Zona Pulp, en la que retoma esta estética de la mano de autores contemporáneos que rinden homenaje al género.

Fractura expuesta, de Walter Lezcano (ilustrado por Jorge Altamira)

Walter Lezcano no dice una sola vez la palabra “zombi” ¿Trata sobre una invasión? No una, sino varias invasiones. La primera es una invasión corporal, un adentramiento en el territorio prohibido, socialmente reprobado y tabú. Esa invasión desencadena otra invasión y esa nueva invasión desencadena una invasión que desencadena la invasión final.

¿Difícil de seguir la idea? No importa, Fractura expuesta se lee con la voracidad y el dinamismo de la buena literatura popular. Una mezcla de géneros que convierte un dramón sentimental en una novela de terror. Terror a la invasión, terror al otro, terror a lo desconocido. Desde ya. No perdamos más tiempo, ¡a leer antes de que llegue la próxima invasión!

Trasnoche vudú, de Mariano Buscaglia (ilustrado por Nicolás Daniluk)

Un policial trastornado. Un detective privado, un encargo de apariencia sencilla, zombis, hombres-lobo, ¿perdón?, ¿no-muertos?, ¿licántropos?, ¿en una novelita policial? Sí.

Y además motoqueros, magia vudú, una cabeza reducida por jíbaros, un científico loco y su mansión-trampa que hace recordar en algún momento a ese clásico de clásicos del cine transgresor: The Rocky Horror Picture Show; y variados ingredientes que le dan condimento a una novela llena de vueltas de tuerca en un género en el que parecía ya todo dicho.

El paraíso de los condenados, de Chingiz Abdullayev (ilustrado por Mariano Lucano)

Umbaki era el pueblo más tranquilo en su distrito. No había ocurrido un incidente en cincuenta años. Hasta que un día aparece el cadáver de un hombre asesinado. Una investigación minuciosa acerca del cadáver desconocido. Una historia de amor en un leprosario y suspenso en el medio del registro de un crimen.

Del autor que fue agente secreto de la KGB hasta la caída de la Unión Soviética y que escribió más de 86 novelas y cuentos que fueron publicados en 23 países como la ex Unión Soviética, Francia, Israel, Suecia, Noruega, Turquía, Bulgaria y Estados Unidos. Este es su primer libro en español.

Mano propia, de Nico Saraintaris (ilustrado por Fernando Martínez Ruppel) –solo en formato digital-

Portenia: un lugar oscuro y tecnificado donde las fuerzas del SOE persiguen implacables a los desertores tecnológicos. En este escenario, construido sobre las ruinas de una Buenos Aires ajena pero a la vez real y estremecedora, conoceremos a Ezquerra, un faraday, uno de los que renunciaron a la celebración de la catarsis social regulada por el Estado y verdaderos banquetes de sangre y violencia, en especial desde que se implementó el Código de Hammurabi 3.11.

Intentando sobrevivir en momentos en que su condición de renegado lo pone en la mira de las fuerzas del orden, Ezquerra se verá involucrado con un grupo de hacker activistas decididos a acabar de una vez y para siempre con el cerebro detrás de la opresión tecnológica.

Escrita en verdaderos estilo y velocidad pulp, Nico Saraintaris propone en esta novelette un auténtico relato cyberpunkque en pocas páginas logra desplegar una serie de emociones y personajes bien definidos. Repleto de guiños a la cultura pop y al género en el que se inscribe, el encadenamiento de situaciones dejará sin respiro al lector.

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