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El juego de las formas, estilos y disrupciones, entrevista a Juan Manuel Candal

En algún momento el tiempo se pasó rápido y Juan Manuel Candal contó su historia. Había comenzado a escribir siempre para él, como una cosa más bien personal. Terminó un poco por casualidad a estudiar cine.

Más metido en la escritura de guiones que en la realización de films se empezó a hartar. Hacer una película no era fácil, conseguir inversores, menos.

 Y ahí arrancaba con su primera novela.

“Hotel desolación”, estaba (o está)  basada en una canción de Leonard Cohen que le disparó una idea: la de un hotel/conventillo donde vivían tipos con vidas un poco atormentadas. 600 o 700 páginas de extensión.  Luego llegó su segunda novela, “Mundo Porno” donde Juan Manuel  juega con las formas y disrrupciones. En  el relato coinciden el narrador y escritor, tiene un poco de ensayo, de crónica y obviamente de novela.

“Cuando lo escribí no lo pensé de forma teórica. Sin embargo,  sí estoy de acuerdo en que hoy en día,  hay muchos escritores que están abordando el acto de escribir desde un lugar diferente a lo que podríamos llamar la literatura clásica. Los que insisten con eso están muy marcados por el taller literario.  Para hacer un taller y que funcione, tenés que tener cierta voz propia presente, incluso antes, de ir a un a taller. Hay tipos como Fogwill y Aira que hicieron de la literatura algo diferente”.

En ese camino por  no buscar historias de principio a fin, Juan publicará en agosto su nueva novela titulada  “Boutade” (un término del francés intraducible, como “deja vú”, pero que suele definirse como “broma, ocurrencia, juego de palabras, un ingenio o  un juego de paradojas”) editada por Pánico el pánico. El tema es la ruptura de pareja y  a  partir de ahí se derivan un montón de situaciones.

“Eso tiene que ver con lo argumental.  Lo más interesante es el trabajo de las formas.  Esta novela lo que hace todo el tiempo es molestarte para mostrarte que hay signos y que hay un juego con artificios. Busca que como lector te cuestiones  qué es la literatura, cuáles son los procesos de escritura y qué es lo que pasa en la comunicación entre el autor, el lector y ese tránsito  que es el libro”.

 

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“Mundo Porno” es un libro que llama la atención mucho antes de conocer su trama. La portada es una imagen del culo de una chica con una bombacha de encaje. Firmada porJuan Manuel Candal y editada por Interzona.

Una foto y la palabra porno puede producir pudor en la media normal que se traslada en transporte público. Lo más llamativo, es que está  vinculada a una práctica que cada uno de los seres humanos realizan.“Señora, usted también coge eh, no se escandalice”. En fin.

Corría el año 1994 y Juan lo vivía en la transición final del secundario y en la presión del tiempo que avanzaba mientras él no sabía bien qué hacer con su vida. Así, desemboca en una elección que cambiaría –más adelante- su camino: Estudiar dirección de cine.

Encantado por el universo estudiantil y la posibilidad de concretar sus propias creaciones, y sobre todo, para que no lo molesten con el ¿Qué vás a hacer luego?, la realidad post facultad terminaría por abatirlo un poco.

Con su novia, sin un trabajo fijo y un alquiler que pagar, atraviesa distintos laburos. Mientras Azul le enviaba diariamente correos con ofertas laborales, y ante la necesidad imperiosa de juntar dinero, encuentra uno que buscaba un camarógrafo para películas de adultos. O films porno.

Es así como Juan describe el universo triple XXX en nuestro país, de la mano de un productor chanta, Michael Pervy (Marcelo Trotta), el inversor chileno que destina los fondos en películas sin saber cómo utiliza bien la guitaPervy y los distintos personajes femeninos como Violetta, que luego se transformarán en elementos trascendentales de esta historia, donde Candal cuenta sin maquillajes el detrás de escena pornográfico con sus “Apuntes para una pornosofía”, el sadismo de los jefes chantas como Trotta y la realidad de las chicas que se apuntan a participar en este tipo de películas, más cercanas al documental según Candal, que al relato cinematográfico.

- ¿Hay algo ensayístico dentro de la novela?

- Mundo porno tiene algo ensayístico, en un principio era eso,  y está resumido en los dos primeros capítulos de la novela con los “Apuntes para una pornosofía”.

En una primera instancia,  tenía una idea más clasificadora al tratar de desmitificar cómo se ve el porno desde afuera y encontrar cómo son los elementos de la industria real y cómo se manejan en muchos aspectos. El porno no se distingue mucho del documental y eso está un poco en el libro. Ambas son construcciones y no tienen un objetivo “artístico”. También era muy difícil escribir los “apuntes” sin incluir a Marcelo Trotta, y lo que significaba como personaje.

- La portada es también llamativa…

- El tema con el libro es que sabía que podía publicarse más o menos fácil porque tenía gancho con el tema.  Y es algo tabu para mucha gente. Con respecto a la tapa, un librero me cuenta que cuando la compran mujeres en la librerías se lo llevan de una y que es al tipo al que le cuesta decidirse si llevarlo o no. “No quiere quedar como un pajero” decía el librero.

- El libro empieza muy arriba y a la mitad de la historia, toma otro tono. ¿Cómo fue experimentar con eso?

- Eso es lo más interesante que puede tener el libro y así está logrado. Refleja lo que me pasó a mi cuando trabajé un tiempo en esa industria. Al principio fue como un derribar un montón de mitos, en un trabajo como cualquier otro, con sus peculiaridades, sin nada raro u oscuro.

La primera mitad me encontré con cosas muy entretenidas. Sin embargo, después lo que sucedió es que di con un tipo peculiar, como Marcelo Trotta, una persona que se presenta de una manera: Carismático,  manipulador y con un lado bastante oscuro.  Eso, se ve a medida que a él mismo se le va de las manos. Y cuando me di cuenta de eso, supe que ahí tenía un libro,  con ese personaje.

- ¿Volviste a cruzarte con Trotta?

- Hace unos dos meses me subí a un taxi en Capital y me lo encontré manejándolo, cosa muy rara. Él se dio cuenta antes que yo, que no estaba muy consciente de la situación porque me subí y estaba entretenido mandando mensajes de texto.  De repente vi que el tipo se puso muy nervioso, y yo no entendía que pasaba. En ese momento fue que miró para otro lado y me dijo “tengo problemas de nafta, por favor bajate”.

*Cinco recomendados por Juan Manuel Candal:

- “La última de César Aira”, de Ariel Idez

- “Hablar solos”, de Andrés Neuman.

-  “Vacaciones permanentes”, Liliana Colanzi (BOLIVIA)

- “Colores peligrosos”, Pablo Dobrinin (URUGUAY).-

- “Trashpunk”, Ramiro Sanchiz (URUGUAY)

 

Entrevista: Yanina Fuggetta.

DG: Ale Muñoz.

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