interZona

Las estrellas federales

Juan Diego Incardona - Interzona - 106 páginas

Esta es la cuarta entrega de la saga iniciada por Incardona en 2008 con Villa Celina, y continuada por El campito y Rock barrial. Los cuatro libros comparten una geografía (el Conurbano bonaerense, más específicamente La Matanza), un mismo narrador y varios personajes. Corre el año 1989 cuando el sudoeste del Gran Buenos Aires se ve plagado de estrellas federales, flor simbólica si las hay: fue la insignia elegida por Juan Manuel de Rosas, pero más acá en el tiempo, la organización Montoneros la retomó como icono propio. En medio de ese inmenso mar rojo hace su aparición un circo de mutantes, en el que destellan el Hombre Regenerativo (que puede cortarse partes del cuerpo y le vuelven a crecer), el Mano (de innumerables dedos), la Mujer Lagartija, el Escarabajo Gigante y el Petiso Orejudo. Pero no será sino un lustro más tarde cuando el protagonista, Juan Diego, se anime a sumarse a la deriva de esta troupe de culpables, exiliados y perseguidos. Son los años 90 y en el cementerio de fábricas que ha dejado la «revolución productiva» nadie se encarga del mantenimiento, por lo que empiezan a producirse fugas de gases y líquidos contaminantes que generan mutaciones y cambios en el clima. Se desatan tormentas de ácido sulfúrico, que provocan gigantescos incendios y destruyen los barrios del Conurbano. Es una época de una gran metamorfosis, ese mundo que era contenido por las instituciones barriales (la sociedad de fomento, el club, la parroquia) ya no existe más. Lo que hay es una comunidad en ruinas: «En matrimonio con la nada, el Conurbano se derretía a la hora del reloj de plastilina», elucubra Juan Diego, mientras realiza su periplo existencial por esa tierra derruida.

Verónica Engler

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