interZona

Villa Celina de Juan Diego Incardona

Villa Celina vuelve con ilustraciones de Daniel Santoro en la última edición de Interzona.

Como si se tratara de un viaje pensado para nuestra revista, Villa Celina, de Juan Diego Icardona, nos hace recorrer de forma real, mágica e imaginaria esta zona del conurbano enclavada en el Partido de La Matanza. Pero hay algo que también es cierto: el relato trasciende la ubicación geográfica, a través de vivencias y sentires que bien podrían aplicar a otros barrios. Ahí es donde entra a jugar la identificación del lector con los sucesos y personajes, y donde los mismos se debaten entre la realidad y la ficción, entre la certeza y la inverosimilitud.

Un hombre gato, una curandera, un episodio de violencia silenciado por los diarios, tres reyes magos peronistas, el perro de dos narices, llaman la atención entre cuentos, historias y crónicas que identifican un tiempo y un espacio: la infancia de Juan Diego Icardona y el barrio (en este caso, Villa Celina y alrededores). Otros relatos nos traerán a esas mismas épocas pero a situaciones más reales y menos fantásticas, pero no por eso menos importantes en la vida de un niño: el midi y las figuritas, la guerra de Malvinas, el infaltable fútbol y los amigos, compañeros de aventuras de esos que marcan a fuego los primeros años de vida.

Y así, entre historias fantásticas y reales, Icardona recorre la infancia. Un momento y un lugar a los que se vuelve en forma recurrente a lo largo de la vida, aunque más no sea con el recuerdo de lo que pasó y contribuyó de manera exquisita a la formación de la personalidad.

Las historias fluyen, la lectura avanza y los personajes se hacen propios.

“No me sorprendería que Villa Celina sea bien recibido por los antropólogos que estudian culturas populares, quienes encontrarán una confirmación literaria de sus tesis etnográficas”. —BEATRIZ SARLO

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