Esta pequeña novela de 2023 se me fue atrasando en la lectura hasta que tuve la fortuna de leer la primera página para no soltarla hasta el final. Guillermo Piro es un grandísimo personaje de la literatura argentina. Dueño de una cultura fenomenal, excelente traductor del y al italiano, conocedor profundo de la Divina Comedia, dueño de opiniones heréticas firmemente sostenidas (cree que Borges es un bluff), es, a la vez, una persona muy encantadora, canchera, mundana, que ha viajado por los siete mares trabajando en barcos y que hace deportes náuticos regularmente. Toda esa conjunción de mundos le permite escribir esta novela apasionante, ambientada en el siglo XVIII, en donde un cura misionero planea viajar en un barco holandés a las Indias Orientales para ser, por una serie desafortunada de hechos, expulsado del navío por los propios marineros, que lo dejan a la deriva, en el océano, con un par de remos y provisiones que le dan vida por un tiempo limitado. En esta pequeña novela se dan cita las crónicas de viaje y las aventuras cuasi fantásticas que incluyen un festival de fuegos lanzado por un volcán que emerge solitario entre las aguas. En una fina lectura, Quintín encuentra en el texto un aire religioso, que le da más densidad a algo que comienza a ser leído como un texto entretenido de otra época y va cobrando espesor página a página, aventura a aventura. No hay mucha gente que pueda escribir esto en pleno siglo XXI sin quedar como un gesto snob o anticuado, Piro es uno de ellos