Amor se fue; mientras duró
de todo hizo placer.
Cuando se fue
nada dejó que no doliera
No hay otra manera de comenzar con la reseña de este libro si no es con estos versos de Macedonio Fernández, que Chernov nos refriega por los ojos en la primera hoja.
Alberto y Ana se conocen promediando los cincuenta. Sus vidas ya tienen un pasado y un primer matrimonio cada uno. Él también tiene dos hijas crecidas.
Alberto va a retomar sus clases de inglés, Ana será su profesora. A partir de ahí, él hará todo lo que esté a su alcance para que ella acepte una cita.
Alberto es médico de profesión, viene de una familia judía con muchas anécdotas encima. No conoció el amor, su matrimonio fue lo que debía ser. Muchas mujeres pasaron por su vida, así como pasa un paisaje rutero.
Ana está sin pareja. También su matrimonio fue una pérdida de tiempo, o mejor dicho, algo que podría haberse evitado. Pero bueno, la juventud a veces no afina bien el ojo.
Alberto va a perder la cabeza por Ana, va a enamorarse por primera vez en la vida, va a sentir cosas que nunca sintió. Dirá: “¿Cómo puede ser que uno quiera tanto a alguien y sepa tan poco de su vida?”.
Ana será más cautelosa, tendrá miedo y dirá: “Nunca entendí por qué nos cuesta tanto estar solos. Gasté un montón de plata en terapia. Estaba desesperada por curarme y al final apareciste vos”.
En síntesis, Amor se fue es como la escritura refinada, perfecta y bella del argentino Carlos Chernov, te agarra de golpe y te enamora como un loco.
Amor se fue
Carlos Chernov
237 páginas
Interzona