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Canto a la poesía de Ernesto Cardenal

Reseña de la nueva obra de Ernesto Cardenal, dentro de Zona de Tesoros.

Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres
su dueña.
Los he escrito sencillos para que tú los entiendas. Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan, un día se divulgarán tal vez por
toda Hispanoamérica… Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias, otras soñarán con este amor que no fue para ellas.
Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas, (escritos para conquistarte a ti), despiertan en otras parejas enamoradas que los lean los besos que en ti no despertó el poeta. 

 

Así comienza Epigramas, el clásico de la poesía latinoamericana que Ernesto Cardenal escribió en los años cincuenta, y que hoy interZona reedita a escasos meses del fallecimiento del poeta, sacerdote y revolucionario nicaragüense. 

Epigramas es una suerte de compendio de versos cortos, que fueron escritos antes de su ingreso en el monasterio de Gethsemani, en Estados Unidos. Fueron sus primeros poemas dirigidos a una mujer, una expresión de anhelos mezclada con reflexiones sociales y críticas políticas contra el régimen de los Somoza en Nicaragua. 

 

Yo he repartido papeletas clandestinas, gritado: ¡VIVA LA
LIBERTAD! en plena calle desafiando a los guardias armados.
Yo participé en la rebelión de abril:
pero palidezco cuando paso por tu casa
y tu sola mirada me hace temblar.

 

Con una poética diferente, que desafiaba lo tradicional, Cardenal deslumbró a todos con aquellos maravillosos versos “de amor y odio”. Sus palabras fueron memorizadas, citadas y recitadas por varias generaciones de latinoamericanos. Resistieron el paso del tiempo. Y se convirtió en clásico.

 

Tú has trabajado veinte años para reunir veinte millones de pesos.
Pero nosotros daríamos veinte millones de pesos
para no trabajar como tú has trabajado.
Tú no mereces siquiera un epigrama.

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