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Claudia Piñeiro. Sus seis obras de teatro.

La prestigiosa y premiada novelista también se ha dedicado a escribir comedias y dramas para teatro. Varias de sus piezas han sido premiadas y ahora se pueden leer en Obra teatral, de editorial Interzona.

Por Sergio Criscolo

El Premio Clarín de Novela es una catapulta casi inigualable para que un autor salga casi del anonimato cultural. Pero la vida literaria de Claudia Piñeiro había comenzado bastantes años antes del 2005 cuando, gracias a La viuda de los jueves, obtuvo ese galardón. Ya en 1991 había quedado  entre los 10 finalistas del prestigioso premio La sonrisa vertical, con el que la editorial Tusquets premia cada año a la mejor novela erótica. Esa era su primera novela, El secreto de las rubias, que finalmente no obtuvo el premio y nunca llegó a la imprenta. Varios años después, en el 2000, Piñeiro editó el libro infantil Serafín, el escritor y la bruja, y cuatro años más tarde apareció Un ladrón entre nosotros, todo esto antes de que en el 2005 la catapulta hiciese lo suyo: Las viudas de los jueves ganó el Premio Clarín y su título de contadora pública y los diez años que le había dedicado a esa profesión quedaron definitivamente sepultados. En realidad, paradojas de las palabras, Piñeiro no cambió de oficio, sólo dejó de ser una contadora de números y pasó a ser una contadora de historias.

En una entrevista publicada en la Revista Ñ recordó cómo empezó su carrera de escritora: “En 1991, estaba trabajando de gerente administrativa en una empresa que tenía una sucursal en San Pablo. Tenía que viajar para hacer la auditoría de los tornillos con los que se hacían unos compresores de aire; una cosa tremendamente aburrida. Yo iba en el avión, supongo que iba llorando, y leo en un recuadro muy chiquito en el diario el llamado a concurso de 'La sonrisa vertical', el certamen de la editorial Tusquets. Yo ni siquiera sabía que se trataba de un concurso de literatura erótica. Lo único que pensé fue: 'Vuelvo y me pido vacaciones y escribo una novela para esto, porque si no, yo me voy a quebrar'. (…) Me di cuenta de que escribir era algo demasiado fuerte y, aunque siempre escribí, ya no podía postergarlo. Apareció como un salvavidas que me tiraron en ese momento.”

La viuda de los jueves se transformó en una exitosa película que el director Marcelo Piñeyro realizó con un gran elenco y ya la bola no se iba a detener más. La editorial Colihue le editó Tuya, otra novela policial, y luego Alfaguara publicó sus siguientes novelas: Elena sabe, Las grietas de Jar,  Betibú, Un comunista en calzoncillos y Una suerte pequeña, además de reeditar Tuya. Al mismo tiempo, Piñeiro escribió El fantasma de las invasiones inglesas, un novela histórica editada por Norma; realizó guiones para televisión (Yago, pasión morena y Resistiré); y también comenzó a ser requerida para escribir columnas en diarios y revistas. La viuda de los jueves –si bien la más popular- no fue la única de sus novelas llevadas al cine. Lo mismo sucedió en el 2014 con Betibú, dirigida por Miguel Cohan, y hace unas semanas atrás se estrenó Tuya, realizada por Edgardo González Amer. Claudia Piñeiro novelista. Claudia Piñeiro guionista. Claudia Piñeiro columnista. 

Y Claudia Piñeiro dramaturga: en estos años también creó varias piezas teatrales. Es que además de recibirse de Contadora en la UBA, algunos años después terminó sus estudios de dramaturgia en la Escuela de Arte Dramático de la Ciudad de Buenos Aires. Por primera vez ahora sus seis obras están incluidas en un solo volumen: las comedias Cuánto vale una heladera; Verona; y Morite, gordo; y los dramas Un mismo árbol verde; Tras viejas plumas; y Con las manos atadas. En el prólogo del libro Obra teatral, editado por Interzona, Piñeiro –nacida en Burzaco en 1960- confiesa que para ella “el teatro es mágico” y explica que ir a ver teatro es una de las actividades que más disfruta en la vida: “Una ceremonia casi religiosa ya antes de que aparezca un actor sobre el escenario, diga las palabras para él y la magia comience. Si la obra es buena, mejor. Si no, la ceremonia igual tendrá lugar. Porque allí estarán ellos, para decir su palabra, y nosotros en la butaca para recibirla.” Entre sus obras más representadas están Un mismo árbol verde que obtuvo el premio ACE 2007 a la mejor obra de autor nacional; Verona (mención en el Concurso Emilia de teatro de Humor de Hueney en 2006) y Cuánto vale una heladera.

“Nadie escribe dramaturgia solo para ser leída”, reconoce Piñeiro. “Sin embargo quienes nos dedicamos a la dramaturgia sabemos que somos parte de un proceso de representación que empezará con el texto pero que no concluirá en él. En ese sentido y en cuanto al oficio de escribir, la escritura de teatro es la menos solitaria de las escrituras. Uno escribe solo, como siempre, pero luego trabaja ese texto en acción, con el director, con los actores, con el escenógrafo”.

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