Deshielo, de Ilija Trojanow (Interzona, 2013), tiene la forma de un cuaderno de notas. El protagonista y narrador, un profesor alemán muy consciente de los desastres que la humanidad está generando en el mundo, pasa sus últimos años trabajando en turismo a bordo de un crucero a la Antártida. En su cuaderno de notas descarga todas las contradicciones que ve en el comportamiento humano. No soporta, a nivel personal, que alguien ensucie el mundo, aunque más no sea con la indiferencia. Sin embargo, si bien él mismo opina que animales y humanos tienen la misma importancia y condena a cualquiera que le manche las alas a un pingüino, no se priva de preparar una sopa de pescado.
A lo largo de sus anotaciones se desarrolla una historia de amor, o algo parecido, a bordo. Y también una idea macabra de la que mejor no decir más. Las notas lo dirán.
Esta edición incluye un prólogo que habla del calentamiento global y no de la obra en sí. Sugiero al lector ir directamente a la novela. En caso de querer leer el prólogo, dejarlo para el final y así no empezar la lectura con predisposición apocalíptica.
Anahí Flores