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Diversas tonalidades

Sobre Acá el tiempo es otra cosa, de Tomás Downey / Por Felipe Fernández para La Nación

Dieciocho cuentos integran Acá el tiempo es otra cosa, de Tomás Downey (Buenos Aires, 1984), que obtuvo el Primer Premio en ese género en el concurso del Fondo Nacional de las Artes, edición 2013.

En la mayoría de los relatos hay una pericia expositiva que confía en la precisión de un lenguaje austero para diseñar tramas concisas. Varios exploran zonas de lo fantástico y la ciencia ficción. "La nube" habla de una bruma pegajosa que progresivamente se va apoderando de una ciudad. "Cavayo" trata de un caballo que nace de una semilla; "Ver a un niño," de un mundo donde un niño es una rareza digna de ser exhibida y "Astronauta", de cómo sería volverse ingrávido. Algunos cuentos incursionan en el absurdo y el humor negro: en "Mamá", una mujer recién muerta se deshace en cenizas, y en "El ejemplo", la indignación de unas madres contra las autoridades de un colegio desemboca en una violencia inaudita. "Gutiérrez" se mueve en una dimensión indefinida entre lo concreto y lo simbólico, cuando un hijo recuerda a su padre muerto y se plantea la posibilidad de una reencarnación.

A veces la idea propuesta en los argumentos no termina en un desarrollo acabado y queda la sensación de un recurso efectista manejado con habilidad por una prosa bien articulada. En "Trampolín", por ejemplo, el desenlace instala un misterio que permanece irresuelto. Dentro de este grupo sobresale "La isla sin orillas" que explora la tradición de los fantasmas con naturalidad onírica en el escenario del Tigre.

Otro conjunto de cuentos se orienta hacia un realismo minimalista que funciona con sobria eficacia porque no pretende generar grandes expectativas narrativas. "You Make Me Dizzy Miss Lizzie" se ocupa de la iniciación sexual de un chico, y "El viento que pasa entre las grietas" presenta un caso grave de anorexia. Al protagonista de "Alejo" lo acomete un súbito impulso de vampirismo. En "Los ojos de Miguel", un matrimonio descarga un progresivo sadismo contra un hijo que padece una severa discapacidad. "Araña" representa otra visita a lo sórdido.

En este otro grupo se destacan tres relatos. Lo erótico opera de modo sutil en "Lobos", dentro del contexto de un conflicto familiar, con la relación que se establece entre dos ex compañeras de colegio. "Una historia de amor" se apoya en la ironía para ir construyendo -mediante situaciones antirrománticas- las peripecias de una escapada a la costa de un hombre enamorado y una mujer dominada por emociones contradictorias. "La quinta" enfoca sotto voce el negocio de la pedofilia en un ambiente de aparente normalidad y refuerza, gracias a una crónica imperturbable, el horror de lo que está sucediendo.