"No hay que saber mucho para ser filósofo, es una manera de pensar", sentencia El Profesor, interpretado por Alfredo Alcón. Esta frase resume el espíritu de Filosofía de vida, escrita por el mexicano Juan Villoro y dirigida por Javier Daulte. En palabras del director, es una puesta sobre "el backstage de los intelectuales, que, detrás de sus sesudas obras y pensamientos públicos, son seres humanos con las mismas miserias, mezquindades, pequeñeces y pasiones que cualquier persona".
Dada la supresión de referencias en la obra original a la relación entre los intelectuales y el Estado, dejando la ficción de lado, Daulte reflexionó sobre el rol del intelectual en Argentina: "Estamos en un momento en el que se está produciendo mucha participación y exposición de ideas y opiniones. Esta me parece que es la principal característica del tiempo que estamos viviendo". Y agregó: "Sin embargo, el rol del novelista es escribir novelas y el del ensayista, escribir ensayos, y después, todos somos personas. Simpatizaremos con algunas movidas políticas y luego participaremos o no, pero eso no debería interferir con las tareas". Una manera de pensar.