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EL ESCRITOR COMIDO, SERGIO BIZZIO

Bizzio es un artista de nuestros tiempos y por tanto, polifuncional. No sólo es escritor, lo que nos ocupa en este caso, sino que es además músico, dramaturgo y cineasta (de hecho, estrenó hace relativamente poco en Buenos Aires su más reciente película “Bomba”, protagonizada por Jorge Marrale) destacándose en todas estas artes. Como escritor, lleva más de 20 libros publicados entre novelas, ensayos, libros de cuentos y poesía. “El escritor comido” se editó originalmente en 2010, pero es reciente edición de Criatura Editora en nuestro país y la primera oportunidad en la que este prolífico autor es publicado en Uruguay.

“El escritor comido” nos cuenta la historia de Mauro Saupol (una suerte de Paulo Coelho elevado a la enésima potencia) el mayor autor de best sellers del mundo, número uno internacional con sus libros “con moraleja” –auto ayuda de manual- que volviendo de una presentación, su avión cae en el Amazonas. Saupol sobrevive sin un rasguño, pero tiene entonces la inspiración de hacerse pasar por muerto para descubrir cómo el mundo reacciona ante su pérdida. El asunto no podría salirle peor…

En un principio, Bizzio se limita a reírse del mundo de la literatura –el de la literatura comercial- y esencialmente a parodiar a sujetos de la calaña de Coelho, Jorge Bucay y etcétera, construyendo en Saupol un personaje que reúne todos los detalles necesarios para ser deleznable. Pero pronto, muy pronto, va más allá y comienza a desarrollar además de la sátira o la parodia, una estupenda novela que transita por varios géneros y hace transitar a Saupol (junto a un número de coloridos secundarios) por varias novelas en una sola.

En los cinco capítulos que se divide el libro, Saupol es arrastrado por la comedia de enredos, la novela indigenista, la clásica novela de aventuras, el thriller y el drama de ribetes oníricos. Y al decir “es arrastrado” no se exagera un ápice, ya que los giros que traen de los pelos al personaje de uno a otro capítulo son sencillamente maravillosos por lo hilarante, lo disparatado, lo genial. Bizzio compone una perfecta estructura en cinco actos, donde Saupol muta de personaje parodiable a pobre desgraciado que nos conmueve con sus miserias a algo completamente distinto, tanto que ya casi es imposible reconocer a Saupol en él.

El humor salvaje acompaña toda la novela. Bizzio es compañero de escuela de otros sólidos autores argentinos contemporáneos –Alberto Laiseca y César Aira- y como ellos, domina el humor, la risa, el golpe de efecto, como pocos. Es imposible no reír en voz alta –anécdota puntual: este reseñista lo leyó por momentos encima de un ómnibus y aunó las miradas reprobatorias de los demás pasajeros al reír como un loco en el fondo del vehículo- con las muchas desgracias de Saupol, pero a medida que la novela avanza y la trama se complejiza, el humor no desaparece pero pasa a un segundo plano. La cuidada construcción del relato se hace presente y admira por lo efectivo que es Bizzio a la hora de transitar por los distintos géneros, pero también por la respetuosa construcción de homenajes puntuales (sin ir más lejos, dos de los más evidentes a “Apocalipsis Now” de Francis Ford Coppola –y por asociación, a la novela “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad- y a “Muerte en Venecia” de Thomas Mann –o a la adaptación de Luchino Visconti, porque no).

Un paralelismo algo antojadizo podría ser comparar “El escritor comido” con “El atlas de las nubes” de David Mitchell. Al igual que en la novela de Mitchell, se recorre con maestría distintos géneros, aunados en una misma historia. Pero allí donde Mitchell conectaba apenas tangencialmente sus historias, y potenciaba el desarrollo del género en sí, Bizzio transforma o muta su historia original hasta hacerla amoldar en el envase del género que le corresponde, sin abandonar jamás al fin y al cabo su historia original.

EL ESCRITOR COMIDO, SERGIO BIZZIO

[Bizzio]
Bizzio
[*****]
*****

Bizzio es un artista de nuestros tiempos y por tanto, polifuncional. No sólo es escritor, lo que nos ocupa en este caso, sino que es además músico, dramaturgo y cineasta (de hecho, estrenó hace relativamente poco en Buenos Aires su más reciente película “Bomba”, protagonizada por Jorge Marrale) destacándose en todas estas artes. Como escritor, lleva más de 20 libros publicados entre novelas, ensayos, libros de cuentos y poesía. “El escritor comido” se editó originalmente en 2010, pero es reciente edición de Criatura Editora en nuestro país y la primera oportunidad en la que este prolífico autor es publicado en Uruguay.

“El escritor comido” nos cuenta la historia de Mauro Saupol (una suerte de Paulo Coelho elevado a la enésima potencia) el mayor autor de best sellers del mundo, número uno internacional con sus libros “con moraleja” –auto ayuda de manual- que volviendo de una presentación, su avión cae en el Amazonas. Saupol sobrevive sin un rasguño, pero tiene entonces la inspiración de hacerse pasar por muerto para descubrir cómo el mundo reacciona ante su pérdida. El asunto no podría salirle peor…

En un principio, Bizzio se limita a reírse del mundo de la literatura –el de la literatura comercial- y esencialmente a parodiar a sujetos de la calaña de Coelho, Jorge Bucay y etcétera, construyendo en Saupol un personaje que reúne todos los detalles necesarios para ser deleznable. Pero pronto, muy pronto, va más allá y comienza a desarrollar además de la sátira o la parodia, una estupenda novela que transita por varios géneros y hace transitar a Saupol (junto a un número de coloridos secundarios) por varias novelas en una sola.

En los cinco capítulos que se divide el libro, Saupol es arrastrado por la comedia de enredos, la novela indigenista, la clásica novela de aventuras, el thriller y el drama de ribetes oníricos. Y al decir “es arrastrado” no se exagera un ápice, ya que los giros que traen de los pelos al personaje de uno a otro capítulo son sencillamente maravillosos por lo hilarante, lo disparatado, lo genial. Bizzio compone una perfecta estructura en cinco actos, donde Saupol muta de personaje parodiable a pobre desgraciado que nos conmueve con sus miserias a algo completamente distinto, tanto que ya casi es imposible reconocer a Saupol en él.

El humor salvaje acompaña toda la novela. Bizzio es compañero de escuela de otros sólidos autores argentinos contemporáneos –Alberto Laiseca y César Aira- y como ellos, domina el humor, la risa, el golpe de efecto, como pocos. Es imposible no reír en voz alta –anécdota puntual: este reseñista lo leyó por momentos encima de un ómnibus y aunó las miradas reprobatorias de los demás pasajeros al reír como un loco en el fondo del vehículo- con las muchas desgracias de Saupol, pero a medida que la novela avanza y la trama se complejiza, el humor no desaparece pero pasa a un segundo plano. La cuidada construcción del relato se hace presente y admira por lo efectivo que es Bizzio a la hora de transitar por los distintos géneros, pero también por la respetuosa construcción de homenajes puntuales (sin ir más lejos, dos de los más evidentes a “Apocalipsis Now” de Francis Ford Coppola –y por asociación, a la novela “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad- y a “Muerte en Venecia” de Thomas Mann –o a la adaptación de Luchino Visconti, porque no).

Un paralelismo algo antojadizo podría ser comparar “El escritor comido” con “El atlas de las nubes” de David Mitchell. Al igual que en la novela de Mitchell, se recorre con maestría distintos géneros, aunados en una misma historia. Pero allí donde Mitchell conectaba apenas tangencialmente sus historias, y potenciaba el desarrollo del género en sí, Bizzio transforma o muta su historia original hasta hacerla amoldar en el envase del género que le corresponde, sin abandonar jamás al fin y al cabo su historia original.

Es, en definitiva, una de las novelas más originales, divertidas y efectivas que se han publicado en nuestro país en el tiempo reciente. Gran trabajo de Criatura Editora –por la preciosa edición, además- a la hora de traer a nuestro mercado un escritor de la altura de Sergio Bizzio. Un imprescindible.

 

Era Tom.

¿Qué hacía Tom en su casa? ¿Qué hacía Tom en su casa un jueves a las diez de la mañana, cuando hacía rato ya que el trabajo había terminado, y a pocos días del accidente que a él le había costado la vida? La respuesta a esa pregunta explicaba el tono de voz de Ingrid en el llamado del día anterior: era su amante. ¿Qué duda había? Estaba clarísimo. Tom disfrutaba de la gloria de ser la última persona que había hablado con Saupol y, de paso, también de su piscina, de su despensa, abarrotada de exquisitas conservas y carísimos vinos, y de su mujer. Ese era el sentido de la foto que apenas minutos atrás había visto en Internet: Ingrid y Tom en la puerta de un canal de televisión, ella muy bien vestida y él con anteojos negros, como si la muerte de Saupol (su muerte) lo hubiera afectado más que a ella, a la que Tom llevaba de un brazo y protegía de los flashes con el otro.

Ganador al mejor libro argentino de creación literaria: "El náufrago sin isla" de Guillermo Piro es la obra ganadora del Premio de la Crítica de la Fundación El Libro 2024