Desde los inicios de interZona, la colaboración de Cohen con esta casa editorial ha sido enorme. Dentro del catálogo, publicó tres novelas de su autoría: El país de la dama eléctrica, El testamento de O’Jaral y Gongue. En su rol de traductor, tenemos el honor de contar con los siguientes títulos: August Eschenburg de Steven Millhauser; El azogue de China Miéville; Historias inverosímiles, en general, de Alasdair Gray; Preparativos de viaje, de M. John Harrison; Locus solus, de Raymond Roussel; y el reciente Adagia, de Wallace Stevens.
Además, en 2004, Marcelo Cohen comenzó a dirigir la colección Línea C de interZona, la cual, según sus palabras, “se propone traducir algunos de los narradores contemporáneos más relevantes del género fantástico, que a veces son los más relevantes sin distinción de género, y publicarlos junto a autores latinoamericanos. Línea C quiere que, con el tiempo, su catálogo sea un muestrario de respuestas de la imaginación a las inquietudes de una época, de aperturas a lo desconocido y la expresión por venir”. No solo participó en la elección de varios títulos, sino que también Cohen se ocupó de realizar traducciones.
Cuenta Guido Indij, director de interZona, que “hace 13 años comencé a editar literatura por primera vez y Marcelo me dio unos consejos sobre cómo debía moldear mis tamices a la hora de considerar las obras que integrarían luego el catálogo. Hasta hoy sigo conservando esas valiosas premisas en mi trabajo de editor”.
En julio de 2022, Marcelo Cohen recibió La Rosa de Cobre, un reconocimiento a su trayectoria otorgado por la Biblioteca Nacional. Y pese a que en vida se ganó el respeto y la admiración de la comunidad literaria dentro y fuera del país, todavía es muy pronto para dimensionar el camino que abrió su obra. Pionero para las nuevas camadas de escritores, se lo considera maestro y renovador del género fantástico en lengua castellana, trazando una vía personal en esa tradición argentina que iniciaron Borges y Bioy Casares en la década del 40, y continuó Cortázar ya en la década del 60.
Su obra narrativa, que comenzó a publicar en 1972 con el libro Lo que queda, cabalga entre el cuento, la novela y el ensayo. Fuera de los títulos mencionados, Marcelo Cohen publicó: El oído absoluto (1989), El fin de lo mismo (1992), Hombres amables (1998), Los acuáticos (2001), La solución parcial (2003), ¡Realmente fantástico! y otros ensayos (2003), Donde yo no estaba (2006), Los acuáticos (2007), Casa de Ottro (2009), Balada (2011), Música prosaica (2014), Algo más (2015), Notas sobre la literatura y el sonido de las cosas (2016), Un año sin primavera (2017), La calle de los cines (2018), Llanto verde (2022) y más.
Vivió en España desde 1975 hasta 1996, y el amor lo hizo volver a su tierra. Se casó con Graciela Speranza, con quien compartió la vida hasta el final y la dirección de la revista Otra parte, que desde 2003 ocupa un lugar fundamental de la escena literaria argentina. Un par de años antes, Marcelo Cohen había dirigido la revista Milpalabras, y en los tempranos 80, fue jefe redactor de El viejo topo en España.
No sirve de consuelo ante su muerte, acaecida el pasado sábado 17 de diciembre, pero ahí están sus libros, las páginas memorables que podremos recorrer siempre para respirar el aire renovador de su literatura.