por VALENTINE PENROSE
Existe el fuego arde y yo naufrago soy el agua
oh niña fría.
La tierra es mi amiga
también la luna su criada
así al visitarnos al fondo de nuestras cuevas
nuestras pausas nuestro desmayo lejos de todo acodadas
pasamos largas noches intimando
en torno a nuestros fuegos tres fuegos misteriosos y hermanos.
Tengo las más hermosas flores
la más bella quimera
el espejo más bello
soy el agua que se canta.
***
Y sin embargo, al dibujar el arabesco
de flores de brazos
mujer rumorosa de follajes
un último lujo se consumaba en las ramas
un último lujo tañía su final de mundo.
Aquí este punto
entre dos dedos
aquí la mano
extrae la simiente.
Sobre el trigal se enrosca el zarcillo azul
aves torpes y frías bajo un fulgor de espigas
las hojas altivas y bellas de enormes reversos blancos
no han de ceder jamás su corazón de fortalezas.
Y sin embargo dulce el viento
y sin embargo dulce el agua
semillas que se funden se deslizan
al gris el tierno acuario.
La luna entre los cuernos
en el puerto de bombay en el bombay de moscas
dios entre los cuernos
cargo este peso en mí
Hay una verdad en el pico de la paloma
el árbol de hadas está en su frente y se quedará
altamente viva no temblará más de amor
temblará como parásito sobre piel de animal pelaje de animal que tiembla junto al muérdago aunque el muérdago roce el pelaje del caballo. ecuestre
Toma la flor sonríe la arroja
para qué servía este sol
el camino de retorno es siniestro y oscuro
recibe lo contrario de haber amado
lo contrario de tejer redes
recibe la cola del tiburón
Con la cabeza ladeada acepta los besos
un corazón más real te atrae
allí donde caen los horizontes
donde abajo esperan caballos de siembra
adiós mi flor y mi bosque.
Jardín perdido ganado por la sombra
sin pájaros ni aromas
cabeza de mi cuerpo mis ojos hay sol.
***
Demeter
Si hay una piedra de tristeza yo estoy sentada ahí
Ahí donde las vendas caen oblicuas sobre el llano
Blancos velos. Esto es leve.
Donde la diosa de los grandes ojos sumerge al niño ajeno en el fuego.
El árbol se niega a orientarse. La esmeralda
crispa el puño. Si hay
una piedra de tristeza yo estoy sentada ahí.
***
Gilles de Rais (I)
Agua que sacude la lluvia de los techos
La de los castillos de hiedra
Era verde el agua hervía.
Había tapices
Estacas antigua guarnición
Coros ocultos de Melusinas
Bajo tranquilas floraciones
Jamás lucero del alba
Mostró nada tan mágico
Ya no era de día ni de noche.
Con tus alas enormes tus batientes
Aterrador
Tú el primogénito el único la hiedra.
Hubo tal sonrisa
Cuando advino el nido de fuego
Entre el cirio y la flor
Una simple sonrisa de piedra
Una Lillith toda blanca
Gran gigante allá arriba
Sobre el nido de fuego.
Imposible alcanzar
Seguridad más vieja
Benevolencia más calma
En los brazos que precedieron a Adán
En el círculo de los demonios blancos.
Digamos digamos
El corazón marrón
Negro de bayas madejas gatos
Residuos violetas de setos
Arbusto quemado
Sí escarlata
Y laurel
Astil estaño talismán plomo
Pues hay una estación
Donde se releva la guardia.
Ahí
La comadreja salta belicosa el castillo brama
Lo secundan astiles de colores sin nombre
Se regresa
–Tal vez todavía una rosa blanca una mañana perlada–
Luego arrastrando estas alas y astiles suntuosos habrá que matar.
VALENTINE PENROSE
Valentine Penrose, nacida Valentine Boué en Mont-de-Marsan, Landas (Francia) el 1 de enero de 1898 y fallecida en Chiddingly, East Sussex (Inglaterra), el 7 de agosto de 1978, fue una escritora y artista plástica francesa vinculada al surrealismo. El libro de poemas Hierba a la luna acaba de ser editado por Interzona.