Cobain, Parra y Pizarnik, parte del libro de Caellas.
A partir de palabras de despedida que dejó figuras como Anne Sexton, Violeta Parra, Kurt Cobain cualquiera Leopoldo Lugonesel polifacético escritor catalán Marc Caellas analiza, clasifica y conversa con los textos finales sin juzgar ni justificar y logra que notas de suicidio se convierte en una antología de tono ensayístico con una mirada rica y profunda sobre quienes toman la decisión más extrema.
“Es mejor quemarse que apagarse lentamente”, dice el cantante de Nirvana en su texto de despedida, en un homenaje a Neil Young. “Me fui a dormir un poco más de lo habitual. Llamad a ese tiempo eternidad”, propone el escritor polaco en su carta. Jerzy Kosinski. El artista alberto greco Hizo de su último acto una obra de arte y escribió una sola palabra en su mano izquierda: fin.
Nacido en Barcelona en 1974, Caellas es un escritor y dramaturgo, reconocido por su amplia producción literaria sobre América Latina. Polifacético, además de dirigir obras de teatro, alimentó durante años un proyecto narrativo en el que retuerce los nombres de las ciudades en las que vivió para darles una dimensión más profunda. Publicó los volúmenes carcelona (2011), Caracas (2015) y Drogota (2017), y Neuros Aires, publicado el año pasado por Libros El Zorzal. Cuando cerró su exploración urbana recurrió al ensayo y en ese campo encaja notas de suicidio.
El libro, publicado por Interzona, nació de Notas de suicidioun espectáculo audiovisual que Caellas estrenó junto a David G.Torres en Barcelona en enero de 2020 que contó con música en directo y se basó en la lectura catártica y colectiva de varios suicidios eminentes. Para ello se sirvió de investigaciones, ensayos y lecturas que lo han cuestionado durante años y que le permiten romper un tabú: de eso no hablamos.
El libro fue publicado por Interzona.
“¿Cuál es la mejor manera de dejar este mundo?”, se pregunta Caellas en las primeras páginas y advierte que como escritor, director teatral y artista le interesa más la forma que el resultado, más el concepto que la consecuencia, más el estilo que la trama.
Bajo la idea de que todo escrito es en última instancia póstumo, el autor lee Cartas suicidas en clave del texto literario.. Y esa idea es respetada al punto que la edición utiliza tinta azul para resaltar, marcar o diferenciar la palabra de quien decide ponerle fin. ¿Qué es una nota de suicidio?, se pregunta al principio. En principio, un imperativo. Ante la idea de acabar con la vida se impone la necesidad de utilizar el lenguaje: un SMS, un tweet, una carta de puño y letra.
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“La nota de suicidio anticipa un posible epitafio”, propone Caellas sobre el último intento de comunicación con otro ser humano. No es difícil entender los motivos del protagonista de la decisión.una actitud que sería absolutamente neurótica: “La nota de suicidio tiende a ampliar y ampliar las preguntas que inevitablemente nos hacemos cuando pensamos en el ser querido suicida que ya no está presente para refutar nuestros argumentos más agudos. La nota de suicidio es un intento de comunicación, sí, pero un intento fallido que revela la imposibilidad de esa comunicación. Es una confesión de que las palabras ya no son suficientes”.