interZona

La actualidad del albañil María y su odio

Se presenta por estas semanas en Madrid una versión teatral de Rabia, la novela de Sergio Bizzio, más perturbadora incluso en este presente Por DÉBORA CAMPOS

En la Argentina de 2004, las cosas empezaban a mejorar un poco, pero aún sonaban los ecos de la rabia. La de diciembre de 2001-2002, la de los cacerolazos, la de los puños contra las cortinas cerradas de los bancos y las que gritaban: "Piquete, cacerola, la lucha es una sola". Por esas fechas el escritor Sergio Bizzio logró algo que se le resistía: terminar una novela titulada Rabia.

Rabia es una historia de amor. Pero además es la historia de una pulsión irracional que recorre a José María, albañil, al que todos llaman sencillamente María. A un trabajo precario y malpago (cobra lo mismo que una mucama cama adentro, pero gasta más porque paga casa y comida) hay que agregarle el maltrato.

"Recuerdo que el comienzo de Rabia fue muy dificultoso, llevó años. Intenté escribirla muchas veces y no podía. Me parecía que era una idea demasiado grande, por lo menos para mí. Era como si se me hubiera ocurrido El proceso, o El pabellón de oro, o El fantasma de la ópera, con la que efectivamente Rabia tiene algún punto de contacto", contó Bizzio en una entrevista con Patricio Zunini.

Violentados aquí y allá

El autor sabía lo que quería, pero no encontraba el camino. Rosa, la mucama de la que se enamora María, también es pobre y también es violentada en la casa en la que trabaja. Pero ella vive esa condición con una mansedumbre aprendida.

Para el albañil, las cosas son distintas. Los tensores de la violencia buscan dominarlo, someterle el odio. En la obra en construcción de Recoleta en la que está empleado, el capataz lo humilla, lo hostiga. María aguanta un poco, pero termina por matarlo. Y no será el único asesinado en la historia.

Hay en ese odio algo perturbadoramente actual. "No recuerdo haber escrito nada que se ligue directamente con la política, con excepción de Rabia –seguía Sergio Bizzio en aquel diálogo–. Creo que lo que hice en la novela es tomar todos los clichés y estereotipos del melodrama y desviarme hacia una zona oscura, densa, política, que tiene que ver con la diferencia de clases, y donde no hay conciliación sino enfrentamiento y confrontación. Y no tiene un final feliz".

Porque la novela es genial, María se vuelve una sombra. Un espectro que asiste a la vida de los otros, los espía, los ronda. Por estos días, en Madrid, muchos descubren esta historia –que allá llega reeditada por Interzona y actuada por el director y dramaturgo Claudio Tolcachir–. Y las preguntas sobre la rabia que nace de la exclusión comienzan.

Ganador al mejor libro argentino de creación literaria: "El náufrago sin isla" de Guillermo Piro es la obra ganadora del Premio de la Crítica de la Fundación El Libro 2024