En el año 1934, Gertrude Stein regresó a los Estados Unidos después de treinta años de vivir en Francia. Su viaje duró 191 días y durante ese tiempo impartió 74 conferencias en 23 estados y 37 ciudades. Recientemente se publicó la traducción al castellano de las últimas cuatro conferencias dictadas en la Universidad de Chicago en 1935, bajo el título "Narration: Four Lectures", realizada por Matías Battistón y publicada por la editorial Interzona. El prólogo también es obra de Battistón, quien afirma que después de años escribiendo textos vanguardistas, la publicación de la Autobiografía de Alice B. Toklas convirtió a Stein en la escritora más famosa del mundo. Tanto así que, al llegar a Nueva York, fue recibida por una multitud de periodistas y fotógrafos que se sorprendieron al escuchar su lenguaje sencillo, muy diferente al de sus obras anteriores.
Stein comenzó entonces un recorrido por su país natal, hablando ante un público fascinado que ella misma limitó a quinientos asistentes por conferencia. Algunos críticos sospecharon que la escritora padecía alguna enfermedad neurológica debido a la complejidad y abstracción de sus conferencias. Sin embargo, el público respondió de manera positiva, atraído por su encanto personal y la musicalidad de su voz.
La labor de Battistón al traducir y prologar estas conferencias es admirable, pero también requiere un esfuerzo equivalente por parte del lector. Cualquier página al azar contiene pasajes como este: "Bueno cualquier cosa hace algo eso es algo que todos estamos empezando a saber al mismo tiempo que todos sabemos que cualquier cosa no hace nada". Stein no utilizaba comas, pero incluso si se insertaran en esa oración, el sentido seguiría siendo ambiguo. Su aversión a las comas es un antídoto para aquellos que buscan una lectura más sencilla, como Juan José Saer.
Aunque se puede cuestionar si Stein era o simplemente fingía, una lectura atenta y concentrada de la transcripción de sus discursos orales sugiere que esta mujer, tan singular, estaba reflexionando ante su audiencia sobre problemas reales de la literatura, el lenguaje y la vida contemporánea. En la primera conferencia, Stein explica por qué la literatura estadounidense, que es más dinámica, es necesariamente diferente de la inglesa, donde los procedimientos han permanecido inmutables por siglos de uso. En la segunda, se cuestiona (aunque nunca usa signos de interrogación, ya que también los detestaba) si existe una verdadera diferencia entre la prosa y la poesía, ya sea en el pasado o en el futuro. En la tercera, Stein desarrolla una especie de metafísica de la prensa y aborda el tema de la falsa simultaneidad entre los eventos y su narración, tal vez la encrucijada más compleja de la narrativa. Finalmente, en la cuarta conferencia, se adentra en la historia y su dificultad para ser considerada como literatura, concluyendo que sus conferencias abarcan todo lo que ha aprendido hasta el momento sobre "cómo cualquier persona cuenta una historia". A aquellos lectores desconfiados y arrogantes, que son la mayoría, me gustaría decirles que hay un gran placer en descifrar a la señorita Stein, para que sientan que están perdiendo algo único si no lo intentan.