Por Martín Chiavarino
Pier Paolo Pasolini se distinguió como un activista político y cultural, y también como actor, periodista, filósofo, novelista, dramaturgo, pintor, pero sus obras más influyentes y logradas se produjeron en el ámbito de la poesía y el cine. Como poeta escribió algunos versos extraordinarios plasmados en Las Cenizas de Gramsci (Le Ceneri di Gramsci, 1957), Poesía en Forma de Rosa (Poesia in Forma di Rosa, 1964), Transhumanar y Organizar (Trasumanar e Organizar, 1971); mientras que como realizador cinematográfico se destacó por su labor en la Trilogía de la Vida, compuesta por El Decamerón (Il Decameron, 1971), Los Cuentos de Canterbury (I Racconti di Canterbury, 1972) y Las Mil y Una Noches (Il Fiore delle Mille e Una Notte, 1974), y también por la extraordinaria reinterpretación de la obra del Marques de Sade y su analogía con el ocaso del fascismo italiano en Saló o las 120 Jornadas de Sodoma (Salò o le 120 Giornate di Sodoma, 1975) y por su análisis sobre el comportamiento sexual de la burguesía italiana en Teorema (1968).
En todas sus obras Pasolini acentuó un afán de provocación y confrontación con la burguesía, la cultura dominante, el marxismo ortodoxo y el cristianismo a través de extraordinarias y vividas alegorías alrededor de la cultura popular y la temática sexual, un tabú en el ámbito público para la sociedad católica italiana de la época.
Poeta de las Cenizas o Quien Soy, otro nombre que Pasolini pensó para la obra, es un breve poema inédito mecanografiado con varias anotaciones descubierto entre los papeles de Pasolini por parte de su biógrafo oficial, Enzo Siciliano, tras su asesinato en mil novecientos setenta y cinco. Su primera publicación tuvo lugar en la revista italiana Nuovi Argoment dirigida por el propio Siciliano junto a Alberto Moravia y Attilio Bertolucci en julio de mil novecientos ochenta. El biógrafo supone que fueron escritas en 1966 en Nueva York después del festival de cine en el que presentó Pajaritos y Pajarracos (Uccellacci e Uccellini, 1966) o tal vez un poco más tarde durante un periodo convaleciente por alguna enfermedad pasajera. En sus notas Siciliano encontró algunas indicaciones que Pasolini descartó para la publicación del manuscrito autobiográfico que permaneció inédito en vida del prolífico escritor y realizador italiano.
Pasolini crea en este poema un relato desgarrador sobre sí mismo en el que reflexiona desde un lenguaje crudo y provocador sobre sus padres, el amor, la guerra, su propia obra, la influencia de la poesía beatnik de Allen Ginsberg, el marxismo, el rol social y cultural del artista, la miseria, la recepción de sus novelas, la condición humana en el mundo del capital, el compromiso artístico y político, el carácter filosófico del cine, la acción transformadora y creadora de la poesía y el legado del catolicismo y el fascismo en la cultura y el pensamiento italiano.
El poema desborda de evocaciones melancólicas sobre la vida cotidiana estableciendo un intenso dialogo con la realidad que puede ser contextualizado alrededor de una confesión confrontativa o en una discusión íntima e impetuosa en la que la búsqueda de la eliminación del carácter poético enfatiza el compromiso poético de la obra. Pasolini infunde así en estos versos un espíritu elegiaco que sobrevuela todo el poema arraigado en sus vivencias a través del fluir del lenguaje como búsqueda de formas de expresión, apremiado por una necesidad vital de actuar ante la decadencia de una sociedad que desprecia pero que lo inspira a crear mientras el mundo se hunde en la sinrazón.
Poeta de las Cenizas fue editado por la editorial Interzona en su colección de Zona de Tesoros al cuidado de Brenda Wainer, y traducido por el escritor y poeta argentino Arturo Carrera, quien también escribió un breve y preciso prólogo para la obra de Pasolini que indaga en el vínculo que el escritor italiano establece entre la poesía y la vida para situarla en el lugar que le corresponde, entre los fundamentos de la humanidad.
Poeta de las Cenizas, de Pier Paolo Pasolini, Interzona, 2015.