Santiago Vega (1972) crea también una figura que es, de algún modo, un heterónimo: Wáshington Cucurto. Este "poeta dominicano" firma el libro y Vega el epílogo, donde aclara su carácter de albacea. La máquina de hacer paraguayitos (cuyo subtítulo es "poemario atolondrado: 12 de amor y uno robado", obtuvo el primer premio Siesta 21999) sería una de las obras de Cucurto que, con un lenguaje que explota los barroquismos de lo vulgar y defiende las bondades del plagio, explora el mundo erótico de las prostitutas caribeñas en el circuito del conventillo. El "Cucurto" de Vega es lúbrico, fogoso, vitalista, escandaloso por vocación, secretamente sentimental y a veces, con menos convicción que olfato, epifánico, como en el poema "Macumba": "Mientras duermes/ tu belleza sale a dar una vuelta// y ya no vuelve".