Por Gustavo Yuste
“Mi verso es como un puñal/ que por el puño echa flor", escribió José Martí en el poema V de Versos sencillos (Interzona, 2017) y sirve como una ruta de lectura del fundamental poeta cubano.
La región mantiene una relación muy fuerte con la poesía, siendo José Martí uno de los casos más icónicos. Inspirador de muchos de los integrantes de la Revolución del 59′, sus poemas aún son leídos con admiración a pesar del paso del tiempo (este libro fue escrito a finales del siglo XIX, por ejemplo).
Eso sirve para explicar el porqué una reedición de sus poemas en un mundo tan distinto: la poesía de Martí propone profundidad, una mirada detallísta y una ilusión por un mundo mucho más justo e igualitario. En ese sentido, el vínculo con la naturaleza resulta clave.
En esta cuidada edición de Interzona, una editorial independiente de Argentina que ha sabido hacerse de un nombre propio en la región, puede leerse:”El corazón es un loco/ que no sabe de un color:/ o es un amor de dos colores/ o dice que no es amor”. O también: “No me pongan en lo oscuro/ a morir como un traidor/ yo soy bueno, y como bueno/ moriré de cara al sol”.
Sin embargo, no todo es optimismo en su poesía, y pueden verse críticas al hombre de su época, de su despreocupado andar sin reparar en todo lo que aplastaba a su paso: “En el bote iba remando/ por el lago seductor/ con el sol que era oro puro/ y en el alma más de un sol.// Y a mis pies vi de repente/ ofendido del hedor/ un pez muerto, un pez hediondo/ en el bote remador”.
Con un manejo ágil de la rima en su poesía todavía estructurada y que renegaba del verso libre, Martí abrió el camino a nuevas generaciones del continente a pensar sobre Latinoamérica también a partir de la precisión y la denuncia que un verso poético puede tener. En esa dirección, la relectura de estos Versos sencillos ayudan no solo a entender mejor a la región, sino a planificar su futuro inmediato.