Por: Jesús Alejo Santiago
“Ha llegado por fin el tiempo de las mujeres y lo estamos asiendo a cuatro manos, sobre todo las jóvenes para quienes la lucha es nueva y muy intensa”. Las palabras le pertenecen a la escritora argentina Luisa Valenzuela, una de las protagonistas del Foro internacional Utopías y Distopías en las Narrativas Feministas, organizado por las direcciones de Cultura y Comunicación para la Igualdad, Literatura y Fomento a la Lectura, Cátedra Carlos Fuentes de Literatura Hispanoamericana, Actividades Cinematográficas (Filmoteca) y el Colegio de San Ildefonso.
A lo largo de su literatura, esa presencia femenina y feministas ha estado presente en su obra; incluso, asegura que “de alguna manera, esa mirada difusa, tangencial e involuntaria, convergió en mi novela El Mañana que acaba de ser reeditada en Buenos Aires y tiene mucho del hoy y nos interpela”; un fragmento de la obra se grabó en el disco compacto Voz Viva de México, de la dirección de Literatura y Fomento a la Lectura de la UNAM.
A desarrollarse del 4 al 7 de noviembre, el Foro internacional virtual “Utopías y distopías en las narrativas feministas” se transmitirá de forma simultánea por las páginas oficiales de Facebook de las instancias universitarias participantes.
—¿Ha visto algún cambio en este tiempo?
Sí, muchos cambios muy valiosos en intensidad y en pluralidad. La reivindicación femenina ha eclosionado en mi país y en el mundo entero. No hablamos más de feminismo sino de feminismos, en plural, sobre todo los integradores que son los que admiro y adhiero.
—Desde su perspectiva, ¿cuáles son los desafíos que aún tienen que superar las mujeres en la actualidad?
Casi los mismos de siempre, por desgracia. ¡Pero se han hecho tan evidentes! La lucha de poder persiste y el patriarcado, que ve su supremacía en peligro, contraataca de la peor manera. Tanto a nivel general como individual. Basta con computar los femicidios...
—Es difícil creer que, en pleno siglo XXI, las mujeres ganen menos que los hombres aun cuando realizan la misma actividad…
Difícil, sí, pero esa disparidad sigue vigente en muchas instancias. Y más difícil aun de creer es cómo, en las grandes familias aristocráticas (hay casos flagrantes de la Argentina), la mujer sufre aún hoy violencia económica por parte de sus hermanos varones que se creen con todos los derechos.
—¿Ha notado algún cambio en la sociedad patriarcal?
Sobre todo he notado miedo, que es una forma precursora del cambio involuntario. De todos modos, sí, claro, cambios positivos ha habido y sería largo detallarlos. En el tema diversidad de género, por ejemplo, o en el tema lenguaje inclusivo.
—En los últimos años se han vivido múltiples movimientos feministas, “salen a las calles a reclamar en forma pacífica, pero contundente”, aseguró en la Feria del Libro de Guadalajara, pero ¿qué tanto se ha podido obtener hasta el momento?
Bueno, lo dije pre-pandemia. Ahora en mí país sólo salen en masa a la calle quienes se oponen al confinamiento (es decir al gobierno) de manera irracional y agresiva, reclamando libertad sin asumir responsabilidad alguna. De todos modos, las mujeres hemos logrado llevar la ola verde, en defensa del aborto legal, seguro y gratuito, a las puertas del Congreso. Por otra parte, crucial, la mujer se hace valer cada vez más en el ámbito político.
—¿Cómo ha vivido el confinamiento por covid-19?
En lo personal debo decir que sin mayores problemas. Reconozco mis privilegios y me preocupo por quienes no los tienen. He sido una viajera voraz, impenitente, así que un tiempo de quietud no me viene mal. No preocuparme por las maletas es un alivio, pero confieso que extraño México y lamento haber tenido que renunciar a visitar tierras yaqui y tarahumara en la última Semana Santa.
—¿Se lee de la misma manera? ¿Se escribe de la misma manera?
Casi diría que no. Personalmente soy feliz encontrando tesoros olvidados en mi ecléctica biblioteca, pero me perturba quienes se limitan a leer pantallas y creen todo lo que les llega por las redes sociales. En cuanto a la escritura, temo que nos veremos inundados por diarios de pandemia; no me excluyo, aunque mi mirada se ha vuelto patafísica e irónica por algún motivo inexplicable para mí.
—Acostumbrada a penetrar en los seres humanos a través de la literatura, ¿seremos diferentes después de esta pandemia?
Para dar una respuesta profunda y hasta con suerte acertada tendría que explorar el tema escribiendo una novela. Por eso sólo puedo expresar mi deseo de que sí, por favor, que la humanidad cambie y tome conciencia del desastre casi terminal al que hemos llegado por culpa de la voracidad y avidez de uno pocos, poderosísimos, secundados por la ceguera y la estupidez de multitudes. En materia política y en materia ecológica, una y la misma cosa.