En la habitación predomina la oscuridad. El fondo negro, levemente modificado por el humo que emana de un cigarrillo a medio consumir, pinta un ambiente sombrío, lúgubre. El halo de luz que ingresa se vuelve intermitente, producto del ventilador de techo que, aunque oculto, nunca deja de girar. Todo es misterioso, ideal para acompañar el tenebroso relato que efectúa el hombre de bigotes largos y aspecto desprolijo. La escena, propia del surrealismo alemán, forma parte de un nuevo ciclo de I-Sat, que empezará este viernes a las 23. Bajo el título “Cuentos de terror”, la señal de cable apuesta a atraer la atención de los televidentes a través de la narración de textos de la literatura fantástica universal. Una idea novedosa para la tv actual, que atravesó la cabeza de Gastón Duprat y Mariano Cohn, los creadores de “Televisión abierta” y “Cupido”, entre otros programas.
La persona encargada de ponerle voz a las distintas historias es el escritor Alberto Laiseca, quién no dudó en aceptar la propuesta, pese a los prejuicios existentes entre el mundo de la literatura y la televisión. “Lo que me sedujo del programa es que siento que puedo llegar a que la gente que no conoce a ciertos autores, los descubran a través de la TV. Sobre todo en estos tiempos en que los libros están a precios muy altos”, explica a Página/12 el autor de Su turno para morir, La hija de Kheops, El jardín de las máquinas parlantes y En sueños he llorado, entre otros libros. El programa, en cuyo primer capítulo se relatará El pelo negro (Lafcadio Hearn), incluirá narraciones de Edgard Allan Poe, Horacio Quiroga y Akira Kurosawa, por citar sólo algunos.
–Tradicionalmente, la literatura y la TV caminaron por senderos paralelos. ¿Cómo hace para superar esa frontera?
–Ese es un prejuicio que lo único que hace es separar aún más a la TV y la literatura. Creo que la literatura puede llegar a tener tranquilamente un lugar en la televisión o el cine. Hay muy buenas transposiciones literarias hechas en el cine. En este sentido, “Cuentos de terror” está abriendo las puertas a un nuevo género televisivo. No comparto la opinión de que la TV limita a la literatura. Por el contrario: creo que ambas artes se potencian y se complementan. Y tampoco creo que la TV le reste posibilidades a la imaginación del lector, ya que no dramatizamos las historias con escenas, sino que sólo las narramos. La densidad dramática que el programa logra estimular el vuelo imaginativo de los televidentes.
–¿Qué elementos extra le agrega, a través de su relato, a las transposiciones literarias?
–Trato de no agregarle demasiadas cosas, para no perder la línea original del autor y dejarle campo de creación a los televidentes. Sólo le añado cierto dramatismo en el tono de la voz. Y elementos aclaratorios, ya que cuando uno lee un cuento puede volver atrás las veces que quiera. En cambio, la fluidez en la TV es diferente: no hay vuelta atrás y siempre se va hacia adelante. Las cosas que le sumo apuntan más bien al entendimiento de la historia de parte de los televidentes. Intento darle vida a las narraciones que relato pro sin llegar a una actuación exagerada.
–¿Cuál es el criterio que utiliza a la hora de seleccionar los cuentos?
–Los cuentos y los autores los selecciono yo. El criterio que utilizo es que las historias tengan impacto y la esencia de los textos puedan llegar a transmitirse por medio de la TV. En lo posible, trato de seleccionar relatos que tengan una densidad dramática importante, como los británicos o los japoneses. Y que su fuerza resida justamente en la historia, para que la simple narración pueda atrapar a los televidentes. Creo que “Cuentos de terror” logra difundir ciertos cuentos que, de otra manera, no llegarían a la gente que consume la TV. Ese es su motivo.