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Lecturas de Psicoanalisis Lacaniano

"Como por mi parte no predico ningún bien en particular, la mayoría de los burócratas y muchos de mis colegas me consideran socialmente poco rentable, e ideológicamente raro” Dr. Palmer


Hace años que estaba acostumbrado a recorrer con placer dos caminos que tenían el mismo nombre pero distinto paisaje; lo transitaba con soltura y, aunque no supiera hacia donde podían llevarme, sabía que el recorrido valía la pena, y que al llegar al final, seguramente, me encontraría con una agradable sorpresa. 
Podía intuir que esos caminos algún día se encontrarían. Cuando al fin lo hicieron tuvo la característica sorprendente de cada recorrido, la de encontrarme con algo más de lo esperado. 
En los últimos años he leído con la misma avidez todo lo que salía de la pluma de Gustavo Dessal, ya sea en su trabajo como psicoanalista o como escritor. 
En “El caso Anne” los caminos al fin se han cruzado. Leyendo una novela de Gustavo nos encontramos con el psicoanalista que también es. Y con esa capacidad para meternos en ese clima envolvente que es capaz de construir  para enseñarnos lo que se propone. En esta oportunidad lo hace fundamentalmente a partir de Anne Kursinski, una mujer desamparada, sola, que encuentra en el Dr. Palmer, alguien que puede escucharla. 
En el trayecto del tratamiento el Dr. Palmer nos habla de su extraño oficio de cazađor de palabras. Con un lenguaje llano, accesible a cualquiera que quiera saber de qué se trata el psicoanálisis, transmite puntos esenciales a tener en cuenta en un tratamiento, puntos que en ocasiones los mismos psicoanalistas parecen olvidar. Por ejemplo cómo detectar y operar sobre los significantes que mantienen alienados a un sujeto: “La gente me abre su alma, deja escapar centenares, miles de palabras que están cautivas, y yo debo observar su vuelo, reconocer de tanto en tanto alguna que tiene una gran importancia. Entonces la atrapo en el aire y se la devuelvo a su dueño, lo convenzo en que haría bien en revisar esa palabra que ni siquiera sabía que llevaba dentro, que le eche un vistazo porque es una de esas palabra que se alimentan de su sangre desde hace mucho tiempo, como un pequeño vampiro.” Y así sigue, con una maravillosa descripción de lo que es el trabajo de un psicoanalista, para que pueda ser entendido por quien lo desee. Nos resultará muy difícil encontrar en un texto de psicoanálisis una explicación mas pertinente de cómo un psicoanalista de orientación lacaniana trabaja con las palabras, para captar lo que implica estar tomado por esas palabras-vampiros que llamamos significantes-amos, para devolverle su dignidad al sujeto.
El texto da cuenta de la incómoda posición de un analista, al cual no le interesan las estadísticas, ni reeducar a quienes lo consultan. Que no promueve la autoestima, ni el optimismo, ni el espíritu de superación. Que no tiene ni idea de lo que se debería hacer y que no ejerce una impostura a partir de lo que la experiencia enseña. Dessal ha logrado poner en palabras lo que muchos psicoanalistas quisiéramos transmitir para entender una experiencia donde el saber que importa está del lado del sujeto que consulta. Sólo que se trata de un saber que, él mismo, ignora. 
El Dr. Palmer nos muestra cómo trabaja en el caso Anne, alguien que se define como una superviviente, procediendo de forma incisiva pero con gran tacto, escuchándola para que ella pueda abandonarse a su locura ante alguien que no la etiquetaría como loca, para que pueda encontrar un refugio en las tormentas que ella misma desata, para que logre dejar a cielo abierto su inconsciente y reacomodar lo que le haga falta, encontrado su solución conveniente.   
Al terminar de la novela uno se queda con ganas de que el Dr. Palmer nos hable de otros de sus casos, incluso de él como caso, o que nos traiga algún otro recuerdo de cómo era Lacan, de que nos muestre cómo manejar los silencios y articular las palabras, cómo lograr que los sentimientos no contaminen la neutralidad necesaria en un analista. Y sobre todo, cómo se aprende de los casos. Como Lacan lo plantea en una de las referencias del libro “no existe mayor lucidez que la que brota de la locura”. Pero Anne no está sola, desfilan en este libro otros casos como el de Harold que puede disfrutarse tanto como una buena canción de Led Zeppelin.  
El Dr. Palmer nos enseña que el oficio del analista no conoce los tiempos de un reloj, que se trata de algo que cubre cada momento de la vida de un analista, porque en definitiva se trata de un estilo de vivir. 
Ni bien tenemos el libro en nuestras manos ya sabemos que nos topamos con un objeto de extraña belleza. “El caso Anne” es una novela donde el psicoanalisis danza con la literatura dando lugar a un encuentro cautivante. Se trata de una obra amena, sumamente cálida e inteligente. Esto no me ha resultado una sorpresa, lo conozco y puedo decirlo: se parece demasiado a su autor. 
 

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