Rosa Verga es una mucama de veinticinco años que se enamora de José María Negro, obrero de la construcción de cuarenta mientras ambos aguardan la cola en un supermercado de Buenos Aires. Pronto la atracción mutua se convierte en pasión sin límite en un hotelucho porteño que alquilan por horas los fines de semana. Esas horas en que los orgullosos Blinder permiten a Rosa salir de su mansión para disfrutar del descanso semanal.
Rosa y José María encarnan dos actitudes contrapuestas ante el poder: la primera la sumisión y la mentira; el segundo la rebeldía y el crimen. La trama novelesca arranca cuando José María, intolerante ante el desprecio de su capataz de obra, lo asesina y se esconde en la mansión de los Blinder sin que Rosa lo sepa. Prófugo de la justicia y desaparecido del mundo, José María se convertirá en una sombra, un juez invisible de la vida burguesa que, sin embargo, no abandonará su particular lucha de clases hasta la última página del relato.
“Rabia” es una novela magistralmente compuesta por Sergio Bizzio a la cual no le sobra ni una línea, escrita con sobriedad y con unestilo poderoso pero invisible, de suerte que resulta legible por cualquier tipo de lector. Cuanto sucede, contado con total desmudez, parece tener un poder simbólico, sin que el autor denote en modo alguno voluntad de escribir una novela ideológica; porque la vida es como es, no hay buenos ni malos en esta narración, todos los personajes son víctimas de sí mismos, de sus debilidades humanas con independencia de que sean ricos o pobres.
José María se oculta en las mansardas pero pulula desnudo por toda la mansión. El motivo de su desnudez no es otro que evitar el más mínimo ruido con la ropa ni con los zapatos; pero abundando en simbologías el lector lo percibe como un fantasma, o un espejo de las costumbres burguesas a la par que su azote. En el fondo, es como la enorme rata con quien comparte buhardilla: un ser maldito que odia al ser humano, pero se alimenta de sus despojos. A lo largo de la novela el hombre quiere acercarse a la rata como si fuera su semejante; retira del suelo los pedazos de veneno conlos que Rosa quiere matarla y los tira a la basura. Y su compañera animal parece desear aproximarse del mismo modo; pero al cabo, tras una jornada en que a mucama leega un escobazo, cuando José María acerca el dedo para acariciarla, ésta le ropina una DD dentellada y mana la sangre.
Parece encarnar el orgullo herido, el mal que vence al bien. El crimen y la tragedia se cominanen “Rabia” conel humor negro, como cuando la alcohólica señora Blinder ironiza afirmado que si Rosa se hubiera casado con el malogrado fugitivo se hubiera convertido en «doña Rosa Verga de Negro». La otra subtrama de la novela es precisamente la historia de amor entre los protagonistas, que a pesar de la desaparición de José María perdura en la forma de una voz que habla a través de la línea telefónica de la mansión, para concluir finalmente que los amantes apenas se conocen, que se han imaginado eluno al otro y de esta forma un tanto ilusoria -como al cabo es todo en la vida— han creído enel amor sin apenas experimentarlo.
Hasta el día 11 de octubre, la versión teatral de “Rabia, adaptada por Sergio Bizzio y bajo la dirección de Claudio Tolcachir y Lautaro Perotti se representó en el Teatro de la Abadía de Madrid. Fue una excelente ocasión para acercarse al universo de este genial autor.