“He empezado a entregarme, dar a conocer mis otredades, lo personal facético, mi múltiple experiencia y mi vida tan rica. Les contaré cuentitos hasta que llegue el sueño y no teman, ya no me crecen colmillos, tan solo esta pata bien peluda bien lamible conocida de todos (ver Cap. 1). Contaré a) y b) mis relaciones, c) sabrán a lo que aspiro. No podrán condenarme” - Luisa Valenzuela, El gato eficaz
InterZona presenta El gato eficaz, una novela de Luisa Valenzuela, definida en el prólogo por su autora como “mi texto de ruptura”. Escrito entre Nueva York, México y Buenos Aires a comienzos de los 70, el libro es una aventura del lenguaje donde la prosa se tensa hasta lo poético y la trama conforma un rompecabezas cuyas piezas no encajan en la lógica unívoca del sentido lineal.
Hecho de capítulos breves con títulos sugerentes, El gato eficaz desprende la animalidad de una narradora sin nombre que en lo nocturno se encuentra y avanza por las calles de Greenwich Village, entregada a la sensualidad y la lujuria.
“Una penetración total, un contacto perfecto vena a vena, la absoluta entrega y el jadeo continuo: masa sangrante y suspirante que una vez fuera dos -o tal vez más de dos porque cada persona es ella y sus desdoblamientos- y ahora es solo esa masa sangrante y suspirante, con ricos borbotones, al fin recompuesta en identidad única, entregada al amor que es el exterminio” - Luisa Valenzuela, El gato eficaz
La metamorfosis que se da por la vía del deseo estalla en el plano de la escritura, hecha de prosa y poesía visual, neologismos, juegos fónicos, y tonos varios que van desde el diario íntimo al manual de instrucciones, el informe y el microrrelato. Con una cronología tenue, hay un trasfondo: la batalla velada entre los gatos de la muerte y los perros de la vida, metáfora cambiante y huidiza como el andar felino de la novela.
El gato eficaz de Luisa Valenzuela abrió una línea en la narrativa latinoamericana escrita por mujeres que, hasta hoy, quizás no haya sido retomada con ese nivel de experimentación y entrega.
“Como ustedes comprenden es el contacto directo con los seres que aprecio, una urgencia animal por saborear la sal y hundir las pústulas con el dedo para saber de ellas. Nada de conformarse con apariencias -siempre son ilusorias-, nada de aceptar visiones para sacudirnos quizá con algún alejado pensando que es más cómodo mantener las distancias” - Luisa Valenzuela, El gato eficaz