En una nueva edición de la Serie de Lecturas Frost, el Xirgu espacio UNTREF recibió, a sala llena, al escritor francés de renombre internacional Pascal Quignard. En el evento organizado por la Maestría en Escritura Creativa, Quignard se propuso responder a la pregunta ¿Qué es una novela? y acotó sobre su trabajo que él no compone planos sino que dispone el tema como en “una partitura musical y allí todos los elementos” que son parte de la obra.
Sobre la pregunta que convocaba el encuentro Quignard explicó que “cuando asociamos un tema con un asunto surge un tercer elemento, involuntario, un cortocircuito desconocido y críptico que se desentraña involuntariamente a lo largo de la obra”. Para él eso es una novela: un asunto, un tema y algo críptico. Además, explicó otras metáforas utilizadas a través de la historia para explicarlo como la de la Ars Memorae romana pero dejó en claro que no tiene “teorías de lo que significa el lenguaje” ni “interés por lo que representa”.
También se había expresado sobre el lenguaje el día anterior, durante una conferencia de prensa realizada en la sede de Fundación Medifé, una de las auspiciantes del evento. Consultado por periodistas de importantes medios argentinos —Página12, Infobae, La Nación— el novelista se definió como un escritor barroco que estudiaba la lengua de la lengua de la lengua; es decir, que ahondaba en el francés pero también en el francés antiguo, el latín, el griego y el sánscrito. De todas formas, confesó que quisiera poder escribir “literatura callada”, una literatura que habite los espacios del silencio.
En las intervenciones —hechas por Silvio Mattoni, poeta y traductor de los libros de Quignard, y Lucía Dorín, egresada de la Maestría en Escritura Creativa— orbitaron las preguntas fundamentales de las obras del novelista, sin por ello caer en un tono de solemnidad. Quignard, humilde, simpático y erudito simplificó sus más complejos pensamientos filosóficos frente al auditorio que le entregó tanto risas como aplausos. Cuando Dorín le preguntó sobre una de sus frases —la que dice que “el artista debe resignarse a no vivir lo que está haciendo”— el novelista respondió: “¿Yo escribí esa frase que usted dijo? No me hago cargo. A veces me pasa que no entiendo en absoluto lo que digo”.
Así continuó: “Tengo desconfianza de los artistas cuando te explican qué es la creación. Cuando creo estoy sumido en lo que hago y no quiero ser consciente de lo que hago. Es una manera de vivir”. También, sobre la práctica de la lectura el galardonado escritor la catalogó como una pasión y dijo que “todas las pasiones conllevan un riesgo” y que aquellos que se enfrentan a ella saben que “la lectura no es para todo el mundo”.
“Muchas personas, niños y gente muy estructurada, que no puede dejarse desbordar por la lectura. Buscamos en los libros el secreto que no sabemos”, remarcó Quignard. Sobre su propia trayectoria explicó que él no puede “tener ningún tipo de postura tradicional, ni como escritor, ni como lingüista, ni como historiador pero menos como poeta”, porque la poesía es “el basurero de lo simbólico” y “un lugar para los abandonados”.
En tanto, explicó que la “magia no sucede voluntariamente, sucede por errancia completa” y que ese “error mágico no es organizado por el escritor”. Por lo tanto, —dice Quignard— “no hay que quejarse de las músicas tristes porque el verdadero arte es triste.
Por la cuestión de los géneros literarios, de los cuales conoce y ha indagado en muchos de ellos, Quignard confesó que no le satisface que haya géneros. “No es una voluntad de destruir o deshacer los géneros, simplemente no me satisface que los haya”, dijo el autor. ”Es una dificultad muy grande que tuve cuando mis amigos me decían ´vos sos poeta´ y yo decía que no, que no quería ser nada”, agregó y remarcó: “no es un deseo de destruir, quiero que todo esté ahí, quiero el origen de la lengua”.
“Me interesan las imágenes que precedieron a las imágenes”, manifestó ya terminando el evento. “Todos los animales están sujetos a imágenes involuntarias en los sueños —dijo Quignard—, me parece conmovedor ese placer de no saber nada de lo que sucede”.
Dictada por la UNTREF con el auspicio de la Fundación Medifé, la Maestría en Escritura Creativa realizó esta edición de la Serie Frost también con el auspicio del Instituto Francés de Argentina y la Fondation Jan Michalski. María Negroni, directora de la Maestría dijo sobre Quignard: “Es uno de los escritores más importantes de la contemporaneidad”.
“Estamos muy contentos de poder contribuir con esto a la Maestría, a la Universidad y al país, en este momento tan difícil que está atravesando. Es realmente un honor tener esta oportunidad de conversar con un autor como él”, remarcó Negroni.
La Serie Frost es una plataforma para establecer un diálogo entre los y las escritoras nacionales con autores y autoras del extranjero, como lo ha sido en su momento con la convocatoria a escritores nacionales de la talla de Leopoldo Castilla, Edgardo Cozarinsky, Nicolas Peyceré, Arturo Carrera y Sylvia Molloy. Y entre los internacionales a figuras como Pierre Michon de Francia; Edward Hirsch de Estados Unidos; Erri de Luca de Italia; Menchu Gutiérrez de España y Gloria Gervitz, de México.
Por su parte, Daniela Gutiérrez, gerente general de Fundación Medifé expresó: “Para nosotros todos los invitados de la Serie Frost son exquisitos. En especial por la selección que hace María Negroni de los autores”. Además dijo que “leer es poder pensar, darse un tiempo para uno “y que en ese sentido las Series Frost son “un respiro, con gran excelencia y calidad en los autores que han venido siempre”.
También Mateo Schapire, adjunto para la difusión y promoción del libro francés en el Instituto Francés de Argentina dijo que Quignard “es un autor apreciado por los lectores argentinos, muy pedido para que venga a encuentros literarios”. En ese contexto, la Serie de Lecturas Frost resultan de vital importancia, en tanto sirven de nexo entre lectores, autores y escritores como Quignard a quien Schapire considera “autor de autores”.
“Es muy importante que pueda tener un contacto cercano con esa movida literaria. Las Lecturas Frost son particularmente ricas, no sólo por la curaduría de la poeta y escritora María Negroni sino también porque es una instancia que forma futuros escritores”, explicó.
De igual modo, el agregado cultural de la Embajada Francesa, Stéphane Palierne, celebró la cooperación que la embajada y la Universidad Nacional de Tres de Febrero mantienen para la promoción cultural. “Sin dudas la UNTREF es la Universidad con la que más tenemos instancias de cooperación”, dijo Palierne. Además, contó su sorpresa al ver “tanta gente interesada en nuestros escritores”, en particular a los más jóvenes. Según el representante de la embajada, en Francia el público es de un rango etario mayor y “en Argentina hay muchas personas jóvenes interesadas por la cultura, el arte y la escritura”.
Pascal Quignard nació el 23 de abril del año 1948 en la localidad de Verneuil-sur-Avre, Francia, un pueblo apagado por la guerra y que —cuenta Quignar— tomó siete años en reconstruirse, lo que marcó su obra a la que considera que “son como fragmentos o ruinas”. En su juventud estudió filosofía durante varios años antes de dedicar su tiempo a la música y la literatura desde la parte final de la década de los 60. Es escritor, violonchelista, pianista, editor y ha recibido numerosos reconocimientos como el Premio de la Crítica en 1980, el Grand Prix de la Academia Francesa en 2000 y el Goncourt en 2002. Este año fue galardonado con el Premio Formentor de las Letras 2023.
Entre sus libros pueden mencionarse: Carus, Le Salon du Wurtemberg, Les Escaliers de Chambord, Tous les matins du monde, Terrasse à Rome, Villa Amalia, Les Solidarités mystérieuses, Les Larmes, Dans ce jardin qu'on aimait y L'amour la mer. También ha compuesto dos colecciones en las que la ficción se mezcla con la reflexión: Petits Traités (1981-1990, volúmenes I a VIII) y Dernier Royaume (2002-2018, volúmenes I a XI). Muchos de sus libros fueron traducidos al español y editados en la Argentina por El Cuenco de Plata e Interzona.