El próximo 15 de Febrero y por 12 únicas funciones se presentará “Rabia” basada en la novela de Sergio Bizzio, con la adaptación de Mónica Acevedo, María García de Oteyza, Lautaro Perotti y Claudio Tolcachir, en Timbre 4 con funciones de jueves a domingos.
En diálogo con Claudio Tolcachir, quien protagoniza la obra y a la vez la dirige junto a Lautaro Perotti, confiesa todo el detrás de crear “Rabia” para el teatro: desafíos, expectativas y cómo fue ponerse en la piel de este particular personaje.
“De solo imaginar hacer la obra me tiembla el cuerpo, es uno de los proyectos más importantes que hice en mi vida como actor y como creador, estoy con mucha ilusión”, menciona Tolcachir en relación al estreno.
“Rabia” cuenta la historia angustiosa de José María, que tras un grave incidente se esconde en la buhardilla de la mansión donde trabaja su amor, Rosa. Allí se convertirá en un fantasma testigo de la vida de los dueños y de Rosa, sin poder hacer nada ante las injusticias de las que es testigo. Tendrá que ingeniárselas para vivir desde la buhardilla: buscar comida o poder hablar con Rosa, al tiempo que deberá huir de su propio yo interior.
¿Qué es lo que te cautivó de la novela de Bizzio para adaptarla al teatro?
- Lo más interesante es que no era fácil hacer la adaptación, pienso que es más fácil imaginarla como una película. Pero uno a veces se apasiona por los proyectos porque no los entiende o no sabe cómo resolverlos. Es un thriller, y en el teatro es difícil hacer ese género, pero también es una historia de amor, que atraviesa muchas etapas donde hay una indagación del alma humana. El personaje, desde su escondite y desde su tiempo libre, empieza a pensar en su revolución, a hacerse preguntas y descubrir emociones que no conocía. Si bien es un personaje negativo, tóxico y posesivo, también hay una parte de él que uno empatiza y se genera una contradicción.
¿Cuáles fueron los principales desafíos de interpretar al personaje de “Rabia”?
- Fue todo nuevo, contar un cuento donde el personaje no es de un actor extrovertido que se mueve, sino que es intentar desaparecer y de hacer lugar a las imágenes y a las emociones. Fue maravilloso encontrar tanto el tono como el interlocutor. Mucho tiempo pensé que estaba solo haciendo esto, y luego descubrí que, además de los personajes, el público cumple una función esencial.
Al haber trabajado tanto en cine como en televisión, ¿qué es lo que disfrutas a la hora de interpretar un personaje en el teatro?
- El teatro es la entrega más grande que puede dar un actor, hay algo muy profundo, que cuando estás ahí queres encontrar para dar. Cada noche se descubren nuevos pensamientos, imágenes, cosas de vos mismo o del texto. En la función número 20 quizás te das cuenta de algo distinto del personaje. En ese momento se para todo, no hay teléfono ni interrupciones, y es una magia primitiva de todos creer en algo, una energía conjunta que no se parece a nada.
Te has expresado en redes sociales en contra de las nuevas medidas del Gobierno actual con respecto a la cultura, ¿en qué está siendo afectado el teatro con el DNU?
- El teatro está siendo afectado al igual que están siendo afectadas todas las personas que están en la calle trabajando. Es un error pensarlo por separado, el teatro está siendo afectado tanto como la educación, la ciencia, las cuestiones climatológicas. Hay un mensaje de violencia y de decirle a una enorme cantidad de gente “no existís, no importás, no servís”, es muy violento. Siempre estamos peleando y luchando, pero ahora no estamos peleando por derechos nuevos, sino por no perderlos, y eso es un retroceso tan grande.
¿Qué otros proyectos se vienen para el 2024?
- Voy a estar dirigiendo la obra “Mejor no decirlo” que protagonizarán Mercedes Morán junto a Imanol Arias. Es una fiesta hermosa que tenemos muchas ganas de hacer. Va a ser una comedia que tiene una propuesta interesante porque se debaten sobre temas que no se hablan y la obra se pregunta qué pasa si hablamos de determinadas cosas. Va a ser una producción de mucha calidad. El estreno está previsto para el 21 de marzo por únicas 10 semanas en la Sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza.