Gabelio Támper es el cuidador de una casa o finca en una isla del delta panorámico donde pasa poco. Está solo, acompañado de su gongue. Custodia los bienes de su jefe de posibles saqueadores, tarea que ejerce con pasividad y sabiduría oriental. Heredó esa predisposición a servir, se le da bien. La monotonía abre el juego a un monólogo que transita lo más liviano de la monotonía a cuestiones existenciales y universales. La musicalidad de las palabras (muchas inventadas) y el mundo contado arriba y abajo del agua me fueron atrapando.