No hay duda que una de las características principales de la literatura argentina ha sido el gusto por la ironía y la fusión de los géneros literarios. Estas dos premisas se dan en la novela El escritor comido, cumbre del autor Sergio Bizzio, que ahora rescata Blatt & Ríos mediante una edición más que oportuna de una de las voces narrativas más originales de su país.
Pero, ¿por qué El escritor comido es una lectura imprescindible? Para empezar, estamos ante una novela de ritmo frenético, sin respiro, apoyada en el brillante uso de la frase corta que hace Bizzio, que proporciona una marcha más en una novela de aventuras donde la originalidad y el giro imprevisto priman por encima de todo. Como no podía ser de otra forma, el humor es uno de los puntales sobre los que se soporta esta narración, cosida en torno a una brillante mezcla de géneros, plena de referencias, como Muerte en Venecia de Thoman Mann.
Más allá de los puntos de conexión con otras obras cumbre de la literatura universal, Bizzio marca las cartas de su propuesta por medio de una desconcertante doble vía de entendimiento para las desventuras de su protagonista, un afamado escritor de libros de autoayuda, de quien se cree que falleció en un accidente aéreo en la selva, que incluso le lleva a formar parte de una tribu caníbal.
Bajo esta premisa tan delirante, el novelista argentino edifica una narración construida en base a diferentes aristas de realidad que, en último caso, subrayan el poderoso carácter irónico de un texto que, ante todo, resplandece como un demoledor martillo pilón contra el aburrimiento. Por esto y muchas cosas más que sería pecado anticipar antes de su lectura, El escritor comido es una novela que no se lee, se devora, y se mantiene en nuestro subconsciente durante mucho tiempo. ¿Alguien da más?