José ayuda a su bisabuela a saltar desde un balcón. Así comienza la nueva novela de Francisco Moulia, Tácticas de superación personal. Esa primera escena permite establecer un límite. No se trata de un personaje yendo hacia una decisión; trata de recomponerse después de tomarla. Y la resolución no es gratuita, porque la eutanasia es uno de los temas que aún hoy generan controversia. Por eso José emprende un viaje y escapa de su familia y de las miradas inquisidoras. En ese punto nos encontramos con él, “en el tren”, el título del primer capítulo.
José recuerda lo que hizo mientras viaja: lo hace de camino a su “retiro” en la casa de una tía en un pueblito de Córdoba. En su historia, que es un diario, aparece la lucha entre el deseo y la desidia, la muerte y la inmortalidad. Y también los libros de autoayuda, tan efectivos como su nuevo vecino, el Señor Iván, que pelea a puño limpio con un árbol.
Otra vez, la enumeración se vuelve absurda. Es cambiar las palabras de un texto en el que el trabajo se nota. Tanto, que se vuelve invisible. De ese modo, el autor logra que el lector se transporte, sin darse cuenta: no pasa de página sino que se baja de un tren y aparece en una casa perdida, en un pueblo que podría ser cualquiera, con un vecino que no es cualquiera, que golpea a un nogal.
Moulia tiene un estilo frontal y ágil que consigue algo nada sencillo: ser reconocible y que los lectores, al mismo tiempo, se olviden de su presencia.
Leandro Filozof