Un detective privado, un encargo de apariencia sencilla, zombis, hombres-lobo, ¿perdón? ¿no-muertos?, ¿licántropos?, ¿en una novelita policial? Sí. Y además motoqueros, magia vudú, una cabeza reducida por jíbaros, un científico loco y su mansión-trampa que hace recordar en algún momento a ese clásico de clásicos del cine transgresor: The Rocky Horror Picture Show; y variados ingredientes que le dan condimento a una novela llena de vueltas de tuerca en un género en el que parecía ya todo dicho.
La sinopsis anterior no es joda. En Trasnoche Vudú, Buscaglia usa una licuadora de tamaño más que familiar para meter todos esos elementos y llevarnos de paseo a una historia que es una locura. Cuando pensamos que una secuencia no puede ser más insólita, el siguiente capítulo nos demuestra que el caso que tomó el detective Leoncio no tiene límites.
El pulp se toma en serio en esta ¿novela?, ¿nouvelle?, ¿cuento largo? A nadie le importa el porqué de las situaciones que atraviesan los personajes, lo único que interesa acá es que la acción y el desmadre no paren ni un segundo. El detective Leoncio y su compañera quedan a merced de los desvaríos del autor sin ningún tipo de explicación, como debe ser en una historia de este género.
Lo que empieza como una novela negra, con un detective rudo y una femme fatale que llega a contratarlo para un caso, se va desgranando en una historia fantástica y terrorífica, pero que nunca pierde un humor bizarro y ligero. El final está a la altura, con un giro impecable.
¿Por qué decimos que el pulp no ha muerto? Trasnoche Vudú pertenece a la colección Pulp de la editorial interZona, la cual cuenta con un total de cinco títulos que abordan desde el cyberpunk hasta los zombies.
En conclusión, esta es una historia que, como buen exponente del género, está llena de acción y no pierde tiempo en explicaciones trilladas o innecesarias. Se centra en divertir y hacernos pasar un buen momento, apelando a elementos tan variados como geniales.