Por Walter Lezcano
Este parece ser el año del Ulises de James Joyce, uno de esos libros que pueden considerarse como una de las grandes obras de arte que dejó el siglo XX y que todavía sigue causando estragos en este siglo. Por un lado, hay una nueva traducción en castellano editada por El Cuenco del Plata y realizada por Marcelo Zabaloy con la colaboración de Edgardo Russo. Y por otra parte, acaba de reeditarse una obra ineludible a la hora de pensar los modos de comprensión, para los lectores de lengua castellana, de esa entelequia escrita por Joyce. Un reto que por momentos parece insuperable. Nos referimos a Ulises. Claves de lectura (Interzona) escrito por el narrador, crítico, guionista y docente Carlos Gamerro (Buenos Aires, 1962). “Yo no soy experto en el Ulises, eso es presumir demasiado. He llegado a ser bastante experto en las dificultades que la gente encuentra en el Ulises. A veces la tarea no es intelectual o pedagógica sino también terapéutica: la gente se enoja mucho con el Ulises. Pasa que Joyce nos está dando una oportunidad de ser mejores lectores y a la vez desafiándonos”, cuenta Gamerro en su confortable estudio en Palermo donde da sus cursos y escribe sus libros.
Estas Claves de lectura tuvieron una primera vida en 2008. Y nacieron luego de que Gamerro diera unas clases sobre el libro de Joyce en el Malba. Ahora vuelve a las mesas de novedades con una tapa hermosa de Marilyn Monroe. Y mientras asegura que Marilyn es mucho más inteligente de lo que se cree, Gamerro cuenta cómo llegó por primera vez a esta obra paradigmática: “Me lo llevé de vacaciones, primer error, a un viaje memorable que hice en el '82. Cuando lo agarré no pasé del tercer capítulo. Mis primeras sensaciones fueron que no entendía nada. Me había derrotado totalmente. Mi error fue querer leerlo como una novela que se lee de corrido. Algunos años después lo agarré de nuevo. Ya tenía encima distintas guías y libros de apoyo. En inglés hace bastantes años que existen. Lo preparé durante un año para el final de literatura inglesa de la facultad. Ahí llegué hasta el capítulo 15 y caí nuevamente extenuado. En un momento me di cuenta de que la única manera de llegar hasta el final y no quedar frustrado iba a ser enseñándolo. Fue decir: con esto salgo a flote o me hundo para siempre. Era fines de los '80.”
Ameno sin dejar de ser riguroso, revelador, didáctico y erudito, estas Claves de Gamerro siguen los 18 capítulos del Ulises y se encargan de mostrar puertas de entrada ala obra y, sobre todo, de dar cuenta de una realidad: el Ulises es un texto, más allá de todas sus referencias complejas, conmovedor, vital y que aborda la experiencia cotidiana. “El Ulises es un libro que no basta con leerlo con mucho cuidado, hay mucha información que está afuera de Ulises. Hoy en día con Internet todo esto se simplifica. Parece que Joyce lo hubiera escrito pensando en la existencia de Google. Es decir, hay alusiones literarias, la historia de Irlanda, aparición de personajes de la política contemporánea, etcétera. Se trató de reponer un poco eso en mi libro porque a Joyce el lector le importa un comino, que se las arregle, si no se conoce la historia literaria y política de Irlanda al dedillo problema de él. En otro sentido, donde empezó un laburo algo creativo como profesor fue en mantener vivo el contacto de las páginas del Ulises con lo que nos pasa a todos. Porque es un libro sobre la vida cotidiana, la experiencia completa de un día en todos sus aspectos. Es un libro que le habla a todo el mundo, todos se pueden conectar con él. A veces, más que explicar toda la maraña de referencias, se trata de mantener la atención de los lectores en ciertas líneas emotivas. El Ulises es un libro muy emotivo”, explica el autor.
Lo que también se percibe luego de la lectura de este texto, y la posterior lectura del Ulises, es que cuando un lector se enfrente a una dificultad, en apariencia insalvable, hay recompensa. Dice Gamerro: “Una de las cosas que el Ulises me enseñó es a percibir con mayor riqueza la realidad circundante, en cualquier momento del día, a escuchar mis pensamientos. Hasta Joyce se escuchaba el lenguaje bajo dos formas: el hablado y el escrito. Joyce nos enseña a escuchar el lenguaje de la mente y a reconocerlo como una forma de lenguaje que tiene reglas propias y distintas al lenguaje de la comunicación o la escritura. Y todo eso los lectores lo van incorporando. Muchos alumnos me dijeron que el Ulises les cambió la vida.”