Querido Carlos, acaba de leer "Amo", o sea todos los relatos. ¿Qué decirte? Son buenísimos, mezcla de desmesurado y grotesco.
Te movés con mucha gracia en un mundo de anomalías lo que no quiere decir que la cosa se agote en el efecto: hay algo de inquietante en la desmesura, una metáfora, diría, de la desmesura que es la escritura misma: todo se escapa de control, el deseo es un operador demencial que termina, inevitablemente, en la disolución.
Quizás las situaciones tengan origen en observaciones, en un "podría ser" que una imaginación fértil potencia hasta incorporarlas a un universo significativo: con un lenguaje perfectamnete controlado y una estructura expositiva rigurosa lo que anda por debajo es inasible, desmedido.
Pasé un buen momento leyendo, cosa que no es habitual, recompensa en un momento en que casi nada regocija. Salvo, acaso, el mar: te envidio.
Un abrazo, Noé