Por Juanci Laborda Claverie
Seré breve: acaso el mejor cuento que he leído es uno de Ariel Magnus, “Con las mejores” y salió publicado en la antología Uno a Uno, convocada por Diego Grillo Trubba.
Seré breve: apenas vi en mi librería amiga Seré breve (Cien cuentos escuetos) de Magnus lo compré sin titubear. Se trata de un volumen que contiene 100 microcuentos de 100 palabras y otros 100 aforismos de 100 letras.
Seré breve (y no por eso menos redundante): en la pasada Feria Nacional del Libro de Villa Mercedes (San Luis) le señalé el libro a Guido Indij (editor de Interzona) y comenté que lo estaba leyendo. “A ese lo leés en dos patadas” me respondió. Sentí vergüenza de confesarle que me estaba demandando más tiempo de lo esperable, que por algún motivo —que suponía externo al libro— apenas podía disfrutar de unas pocas páginas diarias y que luego me dispersaba. El por qué a mi agotamiento llegó un días más tarde en palabras de Ana María Shua, especialista en el género. El microcuento por su brevedad utiliza una serie de recursos sintácticos y retóricos que necesitan de un lector solidario y concentradísimo que le otorgue sentido a las historias, por ese motivo si uno intenta leer un volumen de microcuentos por motivos cuantitativos más que cualitativos puede cansarse pronto y perder un buen número de detalles.
Mi abuela compraba unos libros de tapas celestes que traían una reflexión religiosa para cada día del año, o sea, leía una página diaria. Una vez le pregunté por qué no leía todo el libro de un solo tirón, así le quedaba el resto del año libre para otros libros. A decir verdad, no recuerdo qué me contestó, pero supongo que sería algo así como que ella leía a la velocidad que necesitaba. Con Seré breve (Cien cuentos escuetos) recordé a Chona (apodo familiar de la abu).
Ariel Magnus escoge con precisión quirúrgica cada una de las palabras de sus relatos, exigiendo una concentración máxima a sus lectores, por lo que el agotamiento mental puede llegar en pocas páginas. Le recomiendo al lector considerar a este libro como una caja de bombones, aunque lleno de historias deliciosas, hay que abandonar la ingesta ante el primer signo de empalagamiento, y continuar en otro momento en el que se tenga el paladar limpio para el disfrute.
Aunque el libro está plagado historias buenas, en su mayoría aventuras y desventuras de M., se destacan aquellas en las que Magnus juega con elementos meta y paraliterarios.
Sobre el final nos encontramos con los 100 aforismos de 100 letras. Imposible no recordar a los “Aforismos de Ernesto Esteban Etchenique” de Fontanarrosa, quien se desempeñó con maestría en este sub género.
En esta parte el lector puede dejarse fluir y disfrutar de la lectura al ritmo que mejor desee. Los aforismos tienen sentido independiente uno de otro, y aquí Magnus libera el vocabulario permitiendo un mayor disfrute al lector.
“Que alguien tenga imitadores, aun cuando su número sea legión, no es prueba suficiente de que esté haciendo algo original”.
Seré breve (Cien cuentos escuetos) (2016)
Autor: Ariel Magnus
Editorial: Interzona
Género: Microcuentos