interZona

Galería inquietante de monstruos

El infierno tiene muchas bocas: una de ellas es la letra confusa de mi vida que contiene el signo de mi propia muerte. A esa boca la he visto pocas veces. Había allí un terror, un campo de energía lóbrega e intensa. De lejos, me pareció un templo, una hirviente humareda donde unas hienas miraban todo con fervor lascivo. A ese emblema abstracto, le debo mis mejores páginas, las menos falsas - María Negroni

InterZona presenta La Boca del Infierno, un libro de María Negroni que reúne cuarenta y tres poemas en prosa inspirados en la figura de un enigmático personaje histórico del Renacimiento italiano, inmortalizado en la literatura argentina por Manuel Mujica Láinez en su novela histórica, Bomarzo, de 1962. Pierfrancesco Orsini (1523-1585), más conocido como el Duque de Bomarzo, fue un noble del Lacio italiano, famoso por ordenar la construcción de un magnífico bosque de inmensas esculturas de piedra. En forma de monstruos y dioses, el origen y significado de estas estatuas es un misterio hasta el día de hoy.
 
La voz poética de estos poemas nace de la boca oscura de este hombre desgarrado, que se define como “yo, el hombre quebradizo, el tenebroso, el viudo sin consuelo”. Herido por sus propios sentimientos, sin consuelo por la pérdida de su amada esposa: cada uno de estos poemas es una herida abierta del Duque revelada en los pliegues de su dolor infinito. “Lo puede todo la nada que me habita”, se lee en uno de los poemas. El deseo y el goce, la búsqueda de sentido, los hombres de acción y el pensamiento inutil, la muerte, la ciudad como una entidad viva: la mirada cínica del Duque disecciona un mundo que lo abruma y a sus propias emociones con cruel refinamiento, precisión y erudición.
 
Publicado por primera vez en México en 2009, La Boca del Infierno llega por primera vez al público lector argentino. Esta nueva edición revisada de interZona incluye un epílogo de Jorge Monteleone y una selección de fotos de los monstruos de piedra que componen el Bosque de Bomarzo ideado por el Duque, complementada con un mapa del sitio.

En La Boca del Infierno, “nichos”, “refugios” y “nidos” se contraponen a “pájaros de lujo” y “aves sabihondas”, como si entre lo bajo y lo alto se dirimiera el destino del Duque, que es por obra de Negroni también la suerte de la poesía. Como dice el Duque en un pasaje: “Más acá, del lado de las artes, junto al adulterio y la política, la boca de los libros, abierta a lo imperfecto”.

El monstruo es aquello que se muestra, aquello que se señala con el dedo, tanto en las ferias como en la Historia. Buena parte de la obra de María Negroni consiste en esta mostración de monstruos, como si la póiesis fuera una y otra vez el despliegue de un museo negro - Jorge Monteleone
 

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