Por Paula Sabatés
Con gran expectativa por el rol que la juventud artística pueda tener este año frente al panorama político y social, comenzó en el Centro Cultural de la Cooperación la tercera edición del Festival Novísima Dramaturgia Argentina, ciclo que anualmente pone en cartel una selección de trabajos de dramaturgos sub-35 y que propone crear nuevos modos de visibilización que favorezcan el contacto, el pensamiento y la difusión de estas nuevas prácticas. Conformado, además de por los espectáculos, por mesas de críticos e investigadores jóvenes y por publicaciones, esta edición manifiesta, según su curador, Ricardo Dubatti, “mucho más claramente la noción de variedad tanto en contenidos como a nivel formal”. Las actividades se extenderán hasta el 17 de marzo y además de las actividades en el CCC, donde se gestó e impulsó la idea, habrá funciones en distintas salas de la ciudad.
Desde su primera edición, la variedad fue justamente lo que caracterizó al ciclo. Según Dubatti –también teatrista e investigador, y también sub 35–, no hay factor común claro entre las dramaturgias de sus contemporáneos, sino que lo que los une es la diferencia. “A todas las obras presentadas las consideramos de excelencia, pero lo que más nos interesa es que quede bien presente cómo se generan diversas poéticas teatrales. Además de esos dos criterios, diversidad y excelencia, tratamos de no repetir nombres que ya se han presentado, de manera tal que podamos mostrar la mayor cantidad posible.” Así, en la mayoría de las puestas se puede observar una colaboración entre lo específicamente teatral con otros lenguajes, propios del consumo de esa generación.
La programación comenzó con la presentación, en el CCC, de Isla Flotante, obra sobre Malvinas con dramaturgia y dirección de patricio Abadi y la actuación de Alicia Palmes, Nicolás Mizrahi y Jimena Kroucco. La obra se presentó en la Sala Raúl González Tuñón, una de las que el espacio ubicado en Av. Corrientes 1543 puso a disposición para el ciclo. Le seguirá Por culpa de la nieve, del joven Alfredo Staffolani, que se verá hoy a las 21 en el Teatro del Abasto, Humahuaca 3549. Durante las próximas tres semanas habrá entre una y dos funciones más. El resto de los espectáculos que se verán son Seré tu madre tranquila, de Ariel Gurevich; Garantía, de Juan Isola y Hernán Ruiz, dirigida por el primero (se verá en Espacio Sísmico, Lavalleja 960); El amor es un bien, de Francisco Lumerman, y Horror Vacui, con dirección y dramaturgia de Fiorella De Giacomi.
Consultado por el rol que cree que tomarán los jóvenes en un momento como el actual, de vaciamiento de la cultura, Dubatti no duda: “Personalmente, creo que vamos a tomar un lugar protagónico. De manera más o menos consciente, pero va a ocurrir. La cultura debe defenderse con militancia. ¿Y acaso trabajar en lo que es cultura, o arte, o teatro, no es una forma de militancia?”, sostiene. Y agrega: “Hacer una obra y tratar que eso sea un aporte a la vida es un acto de militancia. Tenemos que defender lo que nos corresponde y creo que tenemos lo que necesitamos. Si tomamos esta idea de que se volvió a los noventa, tenemos una ventaja: algo aprendimos. Viendo el apoyo que reciben, por ejemplo, los trabajadores de Grupo Veintitrés, quienes no cobran hace varios meses, sin duda que algo hemos aprendido”.
Auspiciado desde este año por el Instituto de Artes del Espectáculo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, y organizado por el Area de Investigación en Ciencias del Arte (AICA) del CCC, el festival no tiene límite de edad para los espectadores. “Es algo curioso, en general el público que tenemos está bastante mezclado, aunque con un poco más de gente mayor a los 35 años. Como dice Javier Daulte, el teatro no tiene que ser ni para todos ni para algunos, tiene que ser para quien quiera acercarse a conocer”, afirmar Dubatti, que por otro lado asegura que las nuevas miradas de los teatristas vienen acompañadas por nuevos modos de visibilizacion del teatro: “La cantidad de información que hoy hay disponible repercute de muy variadas maneras. Por un lado, implica cambios en las formas de consumo y de producción de las obras; es decir, modifican las formas en las que el teatro es visto en su vínculo directo, pero también en cuanto a lo que uno deja de ver cuando va al teatro, como la televisión, películas, series, etcétera”, señala.
Como todos los años, además de las obras habrá actividades académicas y editoriales. El viernes 4 de marzo a las 19, los dramaturgos participantes en el ciclo dialogarán con el público en una mesa debate que coordinará Dubatti. Será en la Sala Meyer Dubrovsky del CCC, con entrada libre y gratuita. Por su parte, el jueves 17 de marzo a las 19 en la Sala Jacobo Laks se darán cita investigadores y críticos de la misma franja etaria, con el objetivo de disertar sobre las nuevas creaciones y la especificidad, o no, del llamado “teatro joven”. “No buscamos cerrar la teoría sino pensarla como provisoria, como una teoría. Ya se verá más adelante, de acuerdo al público, a los autores, directores, actores, técnicos, lectores, críticos, qué pasó con estos materiales”, asegura el curador, que continúa así su investigación sobre el teatro de su generación.