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La Triple Frontera tiene quien le escriba

Una mezcla de portugués, español, guaraní y algunos términos en inglés que se repiten en la Triple Frontera. Pero lo de Douglas no es azaroso. El escritor nació en Río de Janeiro en 1965, pero creció en Ponta Porá, en la frontera con el Paraguay, de padre brasileño lusoparlante y madre paraguaya.

por Roberto Maack 

Inventar una nueva lengua, una nueva escritura u otra forma de decir las cosas es -y siempre ha sido- el sueño y el desafío de todo creador. “Yo ya no podía aceptar el diccionario, ni aceptar la gramática. El buen escritor es ese hombre que modifica parcialmente el lenguaje. Los prosistas introducen toda clase de trasgresiones que hacen palidecer a los gramáticos y que luego son aceptadas y entran en los diccionarios”, decía Julio Cortázar, que consideraba la literatura como un juego. El escritor argentino jugaba con los géneros, jugaba con las formas, pero también con el lenguaje.
Acá, cerca de la frontera de Misiones, hay un escritor que se anima a jugar y experimentar con el lenguaje. Se llama Douglas Diegues y escribe en lo que él llama ‘portuñol salvaje’.
Una mezcla de portugués, español, guaraní y algunos términos en inglés que se repiten en la Triple Frontera. Pero lo de Douglas no es azaroso. El escritor nació en Río de Janeiro en 1965, pero creció en Ponta Porá, en la frontera con el Paraguay, de padre brasileño lusoparlante y madre paraguaya. Triple Frontera dreams es el título de su último libro.
Sobre la obra, el escritor Washington Cucurto escribió: “Diegues es hijo de todos los cruces, ama la mezcolanza. Es nuestro genuino representante, habla en el mejor idioma del mundo, ese idioma mixturado que hablan los pobres y los ricos miran con desprecio y la clase media no quiere ni oír”.
Lo que sigue es la entrevista con El Territorio, vía redes sociales, desde Montes Claros, Minas Gerais, por donde andaba dando charlas.

¿Cómo es esto de escribir en portuñol?
Es un placer que tiene como base la libertad de lenguaje, un elemento de la mayor importancia para hacer literatura. Es como escribir en un idioma que no existe y que no tiene reglas definidas y que no tiene límites.
Interzona editora, de Buenos Aires, acaba de publicar un libro que trae un poco de lo que he escrito en portuñol de 2002 a 2015...

¿Cómo nace tu relación con el portuñol?
Nací en Río de Janeiro, del amor de una madre paraguaya y un padre brasileño, pero fui criado en la frontera de Brasil con Paraguay, a 35 kilómetros de Cerro Corá y eso ha sido importante para que después viniera a encontrar mi propia voz, digamos.
Misiones está metida como una cuña entre el guaraní y el portugués. Por decirlo de otra forma entre Roa Bastos y Jorge Amado o Machado de Assis. 
El lingüista estadounidense John Lipski, que anda por Misiones, sostiene que el portuñol no es la mezcla de dos idiomas, que tiene una identidad propia.
No existe portuñol único. Conozco de nombre a Lipski. Me nombra en un estudio suyo. Yo no he inventado el portuñol salvaje. Pero he creado un concepto de portuñol salvaje.

¿Cómo definirías el portuñol salvaje?
Es una lengua poética de vanguardia primitiva que inventé para hacer mi literatura, una ruptura verbocreadora indomable, una antropofágica libertad de lenguaje abierta al mundo y puede incorporar el portuñol, el guaraní, el guarañol, las 16 lenguas (o más) de las 16 culturas ancestrales vivas en territorio paraguayensis y palabras del árabe, chino, latín, alemán, spanglish, francés, coreano etcétera (el portuñol puede ser dulce).
Hago distinción entre portuñol y portuñoles... Para mí no existe portuñol único. Cada persona tiene el suyo. Y ninguno es igual al otro, así como no existen personas iguales. Resumiendo sin conclusiones precipitadas, el portunhol selvagem es free...

El idioma es uno de los requisitos a la hora de definir una nación (los otros son un territorio común, una cultura, una religión, etcétera) ¿El portuñol salvaje tiene un territorio determinado?
Es más común que el portuñol ocurra en zonas de contacto de fronteras del Brasil lusofónico con países hispanofónicos. En la frontera, se usa para diferenciarlo del portuñol comercial, generalmente utilizado en telenovelas y otros programas de la Rede Globo, del portuñol de los turistas kurepas, del portuñol de los avisos publicitarios rioplatenses, también del portuñol padre-madre en general y del portuñol que los paraguayos improvisan para burlarse del Imperio del Brasil y de los brasileros.

En tiempos políticamente correctos, ¿el portuñol salvaje va contra la corriente?
El portuñol salvaje es una libertad de lenguaje que nunca cabrá entero dentro de los límites de lo políticamente correcto... Es un lenguaje que existe en cuanto habla, canto, escritura, pero que no existe como idioma. Por eso digo que no conviene gramatificarlo. Gramatificarlo sería castrarlo.Oficializarlo sería como suicidarlo. Civilizarlo equivale a exterminarlo. Me parece lindo que siga así, klandê, transnacional, libre como algo que se parece a nada parecido.
Se habla un portuñol salvaje en las zonas más obscuras de la triple frontera. Cuando un paraguayo intenta hablar portugués, fatalmente mixtura español con guaraní y portugués, cuyo detalle puede ser muy inspirador para hacer una literatura más salvaje. Las personas simples de las ferias y mercados populares, el pueblo inventan lenguas de la triple frontera, son los creadores de muchas palabras y giros que utilizo en mis textos.
Es una lengua alucinógena que si no hace bien, tampoco hace ningún mal a la gente... Puede que expanda percepciones y deje lectores menos burros, menos mezquinos, menos serviles a la tiranía del mercado, sea mercado literario, mercado académico, mercado sexual o mercado ecológico.
 

Dialecto de la frontera

El reconocido lingüista estadounidense John Lipski fijó la provincia de Misiones como campo de investigación. El tema: la adaptación del portugués como segunda lengua en zonas fronterizas con el Brasil y sobre la lengua mbya guaraní. El investigador lleva más de 20 años realizando estudios y publicaciones referidas a la lengua. A sus 67 años se desempeña como director y profesor del programa de Lingüística de la Universidad Estatal de Pensilvania.
En este caso, su investigación tiene como foco el uso del español y el portugués en zonas de frontera, razón por la que inició su tarea recorriendo las localidades que limitan con el vecino país, San Pedro y Bernardo de Irigoyen. Así escribe Lipski: “Después de documentar, en el portugués hablado como segunda lengua por personas de habla española, la presencia de combinaciones que aparentemente violan las postuladas restricciones, se presentan los resultados de tres experimentos interactivos realizados con participantes bilingües en la provincia de Misiones, donde se hablan los dos idiomas en un entorno sociolingüístico casi completamente libre de presiones prescriptivistas. A pesar de la imagen popular del portuñol como verdadero idioma vernacular de las chacras misioneras, los resultados de los experimentos revelan que los perímetros psicolingüísticos alrededor de las dos lenguas se mantienen intactos, y aún entre dos lenguas tan similares existen algunas combinaciones morfosintácticas desfavorecidas”. “La interfaz portugués-castellano en Misiones ofrece un caso ejemplar. En uno de los primeros trabajos sobre el tema, Amable (1975: 24-25) caracteriza el empleo del portugués en Misiones como “un verdadero dialecto dentro del habla regional” y comenta que en la franja oriental de la provincia se hablaba solo portugués hasta hace muy poco, y que todavía predominaba el bilingüismo. Daviña (2003) da cuenta de la presencia del portugués y el lenguaje mixto en la literatura y la cultura popular de Misiones, y Maia (2005) ofrece datos pormenorizados sobre el portugués vernacular de Misiones, tomando como punto de partida el habla de alumnos y profesores de portugués”.

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