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Los 10 libros argentinos del 2023

Celebramos el año en que las editoriales independientes argentinas, autores consagrados y voces jóvenes renovaron la escena narrativa nacional Por Fernando Brovelli

Los libros que se publican son el espejo de una sociedad: que existan esas lecturas habla de nosotros. Por eso, la innovación y la resiliencia trazan el recorrido del universo editorial argentino de este 2023, un año donde la exploración narrativa y sus lazos con la coyuntura convivieron con la inestabilidad de los costos y las limitaciones del papel. A pesar de la reducción de lanzamientos, la actividad feriante y los colectivos editoriales independientes vigorizan la vitalidad de publicación, que se corresponde con la oleada de autores jóvenes que desde las provincias expresan la intensidad del vínculo entre lenguaje y territorio.

En tiempos de lo efímero y la sobreestimulación, leer continúa representando un incómodo placer de conectarse -exclusivamente y por unas horas- con una identidad nacional construida en base a la tradición y la adrenalina. A través de la experimentación novelística, la precisión de las antologías, la sensibilidad poética y el compromiso de la no ficción, el ecosistema del libro argentino continuará influyendo y cautivando, más allá de las tendencias estéticas o el escepticismo de los ansiosos.

En Indie Hoy, seleccionamos diez de los tantos libros nacionales que recuperamos durante todo el 2023, otro año en donde la narrativa argentina se ubicó como una de las más trascendentes del idioma castellano.

 

 

Las afueras del mundo de María Negroni y Fidel Sclavo

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“¿Hay algo más ruin que frecuentar la literatura con moderación?”. La poética de María Negroni y las ilustraciones de Fidel Sclavo bien pueden ser imágenes escritas o narración gráfica pero, esencialmente, proponen un recorrido sin número de páginas para desanestesiar el tránsito por la estética y por la soledad que nos rodea. En el desierto, ambos autores encuentran un rumbo. Y la edición de interZona termina por abrir los puntos de fuga a la vigilancia de un porvenir impreciso pero deseoso de colores y de nuevos horizontes de palabras.

La particularidad de Las afueras del mundo es que no propone una lectura, sino una contemplación. La experiencia implica releer cada frase, pensar qué resonancia tienen con el texto, vivenciar la actividad de los personajes ilustrados y aventurarse en las analogías del collage. La sensación que queda al cerrar el libro es el avasallamiento de preguntas. Su fin es un punto de partida para pensar qué pertenencia tenemos en lo que nos rodea.