"TENGO GANAS DE ESO, pero no viene al caso...
Se sentó con su gran culo sobre la cama a rayas azules y blancas que le hacían recordar de una manera casi graciosa a los colores patrios de su país...
Hubiera sido muy de él, pensar: voy a morir como un estadista en el exilio.
Lo de “estadista en el exilio” fue sugerido, por supuesto, por los COLORES DE LA COLCHA DE POPLIN IMPRESO EN LA CAMA” - Alberto Greco en Guillotine murió guillotinado
InterZona presenta, por primera vez, la reproducción facsimilar del manuscrito inédito de Alberto Greco (1931-1965), Guillotine murió Guillotinado, junto con la transcripción del relato y textos críticos de los especialistas Rafael Cippolini y Paula Pellejero que ponen en contexto las numerosas referencias ocultas y permiten adentrarse en la obra de uno de los artistas plásticos argentinos más irreverentes del siglo XX.
Esta edición de Guillotine murió Guillotinado funciona como una llave para abrir la puerta al Greco escritor, cuya obra narrativa fue escrita a mano al calor del instante en cuadernos, y se completa con la novela Besos brujos (1965) y el Manifesto Dito dell’Arte Vivo (1962), donde expone y desarrolla su particular visión del arte. "El arte Vivo-Dito (dedo en italiano) es la aventura de lo real, el documento urgente, el contacto directo y total con las cosas, los lugares, las gentes, creando situaciones, lo imprevisto".
Guillotine murió guillotinado tuvo su origen en Madrid durante una estadía del artista en 1963, en plena época del franquismo. Su intención original manifiesta es escribir un relato policial, pero a poco de empezar vira hacia el absurdo, hilando sin freno conversaciones y escenas, datos de lo real y noticias del momento como el asesinato de John F. Kennedy, que desembocan en una vuelta al texto mismo que se está escribiendo y a la escritura como materialidad.
“La pluralidad del yo en la escritura de Greco no hace más que enfatizar su espíritu desbocado. Se va de boca, se va de pensamientos, se va de todo, imposible mantenerse quieto en un solo lugar: cada página de Guillotine es vertiginosa, lo que invita en muchos casos a aminorar la velocidad de lectura; se tiende a leer más lento, para no perderse en el fragor. O al revés, aceptamos ese irse, esos saltos, internándonos en un paisaje externo–interno absolutamente inestable" - Rafael Cippolini sobre Guillotine murió guillotinado
En dos cuadernos manuscritos que se reproducen íntegramente ("Bloc de Madrid” y “Guillotine murió Guillotinado”), se puede seguir el trazo de su caligrafía, las tachaduras y enmiendas, dibujos suyos en los márgenes.
La transcripción del original, realizada especialmente para este volumen, se completa con “1.000.000 de Guillotinados”, una lectura crítica de Rafael Cippolini, y con “La escritura y la vida”, una investigación biográfica muy exhaustiva a cargo de Paula Pellejero, quien entrevistó a las personas vivas mencionadas como personajes del libro y a sus familiares.
Guillotine murió guillotinado es la mejor vía de acceso a la obra escrita de Alberto Greco, un artista inclasificable que, como se aprecia en este libro, no solo en las artes plásticas buscó ir más allá de los moldes de las convenciones. Dos años después de haber escrito el libro, su muerte a mano propia fue consecuente con su credo artístico.
“–¿Vos tenés idea de cómo va a terminar eso?
–Pues yo no, hace días que no leo y no sé por dónde andas…
–Es que no sé cómo llevarlo… si llevarlo al cuento policial o al absurdo.
–Yo lo llevaría al absurdo… o al absurdo policial, o sea a la comisaría” - Alberto Greco en Guillotine murió guillotinado
Manuscrito de Alberto Greco, incluido en el libro.