King-Tributo al rey del terror (Interzona) es una antología de cuentos compilada por el escritor ecuatoriano Jorge Luis Cáceres. Son 18 cuentos de autores de la Argentina, Bolivia, Cuba, Chile, España, México y Perú, además de un relato del compilador. Hay autores jóvenes mezclados con narradores muy reconocidos como Edmundo Paz Soldán (de quien acaba de aparecer en edición argentina El delirio de Turing) o Javier Calvo (autor de la gran novela gótico-policial Corona de flores).
Hay dos clases de antologías: las que recogen material ya editado y las que proponen a un número de autores un tema a modo de estímulo. Las colecciones de la segunda clase suelen ser más desparejas, pero tienen el mérito de contar con relatos que quizás, sin mediar la invitación, no hubieran sido escritos. King pertenece a esta última categoría.
En la mayoría de estos cuentos domina, más que el horror, cierta irónica crueldad. Hay cuentos sobre cultos misteriosos (Mariana Enríquez), zombies (Juan Terranova, Francisco Ortega), dones sobrenaturales (Nicolás Saraintaris), vampiros (Alberto Chimal), experimentos (David Roas) y fantasmas (el muy buen cuento “El juego”, de Patricia Esteban Erlés). Santiago Roncagliolo juega con el tema del doble en ambiente chino, y Pilar Adón construye en “Plantas aéreas” una delicada fantasía personal, más cerca de la japonesa Yoko Ogawa o de Felisberto Hernández que de la contundencia de King.
La antología funciona menos como un homenaje al escritor estadounidense que como una buena antología del relato fantástico y de terror en nuestro idioma. Es además un ingenioso dispositivo para descubrir nuevos autores y explorar la veta fantástica de escritores ya conocidos.