M. John Harrison es un escritor de ciencia ficción poco común, y quizás la respuesta esté en que no es solamente un escritor de ciencia ficción, o que la ciencia ficción que escribe no es solamente ciencia ficción. Preparativos de viaje, la selección de cuentos que inaugura el recorrido de la "Línea C" de Interzona, lo demuestra muy bien.
Creo que uno solo de los cuentos "La Costa del Suicidio" puede ser catalogado fácilmente como de ciencia ficción y otros ("Vacío", "Siete enigmas del corazón") parecen ser fantasía. Sí, así parece. Bueno, no es fácil decirlo con seguridad (¡pero hay magos!). Esta ambigüedad representa una de las cosas más atractivas que tiene Harrison, ese ir y venir por lo fantástico, entremezclando lo onírico con la realidad, buscando "el corazón de las cosas".
Entonces, empecemos por el principio. Comencé la lectura con el angustioso y onírico "Señoras mayores", donde la tensión del cuento sube hasta casi hacerse insoportable con detalles aparentemente intrascendentes (¿quién no escuchó alguna vez fragmentos de conversaciones viniendo de otra mesa en un bar?). Aquí me detuve, porque esto me sonaba de otro lado… de la otra colección de cuentos de Harrison Things that never happen (2002, aún sin traducción al español). Así que salté al último cuento del volumen que nos ocupa "La ciencia y las artes", que también había leído, pero me puse a leerlo de nuevo porque es un muy lindo cuento (sobre un hombre y una mujer que se esquivan, o quizás no es sobre eso). Entonces seguí con el anterior a "La ciencia…": "Casas negras", el relato de una separación y de las cartas que envía el protagonista a su pareja. Es un cuento con un ritmo increíble y unas imágenes alucinantes. Por ejemplo:
"Mándame al gato Ascii. Mándame la puerta de tu estudio. Mándame el lugar adonde lleva una vez al año (pero sólo si de segundo nombre te llamas Rachel). Mándame el farol que está frente a la ventana, la luz del supermercado. Mándame una foto envuelta en música. Envuélvelo todo contigo. Envuélvelo en la caricia de tu mano. Envuélveme en la caricia de tu mano."
No creo que esto entre en la categoría ciencia ficción, pero es hermoso. Y las casas negras siguen ahí, como agujeros negros donde uno podría perderse gustoso, aunque no sea lo que uno les dice a los amigos.
Luego vino "Los asesinos del corazón de neón", la investigación de una serie de asesinatos. Aunque, claro, ahora empiezo a recorrer de nuevo las páginas del cuento y es sobre otra cosa, quizás sobre la relación del protagonista con la ciudad, con su ex-esposa agorafóbica, con el asesino, con las víctimas, con la música… con su vida. Quién me mandó esto para reseñar… ah, Joe. Gracias Joe.
Bueno, sigamos en orden correcto de aparición. El segundo cuento de la colección es "Pequeñas reliquias", sobre una mujer que viaja a encargarse de las posesiones de su hermano, recientemente fallecido, y sobre la presencia de esos fantasmas del recuerdo que se acercan cuando estamos solos.
"El don" es el relato de varias vidas en paralelo, contadas a través de instantáneas y flashbacks. Un hombre recibe un libro que lo empuja a salir a la búsqueda de un sentido (¿del libro?). Una mujer que busca y al mismo tiempo se oculta.
Un punto muy interesante en esta compilación es "El caballo de hierro y cómo conocerlo", que tiene una relación más que cercana con la novela Luz, pero sin el canal Kefahuchi.
"Comdo" es como esas canciones donde uno empieza a escuchar una melodía y no entiende cómo va a hacer el interprete para llegar a los cambios rítmicos de la segunda parte. Bueno, pero lo hace de todos modos.
"Ánima" es un relato cruzado, donde el protagonista nos cuenta acerca de la vida de uno de sus amigos, y de un hecho que lo marcó en su juventud. ¿Dónde está lo fantástico? Está en el relato de unos ojos que "Tenían todos los tonos del verde." Harrison nos muestra, a la vez, la fascinación del narrador por ese evento, y la negación del propio vacío que tiene en su vida.
"Vacío" es "una de vampiros". ¿Eso sólo? No, por supuesto. Estos vampiros existen y quizás conozcamos algunos.
"Siete enigmas del corazón" y "El Este", son relatos donde la magia está presente. El primero transcurre en un mundo alternativo, mientras que en el segundo hay un cruce al mundo que conocemos. Si hay algo en lo que se pueden comparar es que en ninguno de los dos casos el poder mágico de los personajes puede solucionar el conflicto que se les plantea. Por alguna razón, el ambiente de "El Este" me recuerda a la novela de Cristopher Priest La afirmación, aunque en realidad, según comenta Harrison, está relacionada con la saga de Viriconium. Háganle caso a Harrison, pero (si pueden) lean La afirmación.
En "La costa del suicidio", Harrison retoma el entorno de Climbers, su novela ultrarrealista sobre escaladores en roca, aunque en esta oportunidad el relato es sobre los que vivieron al borde, y cayeron.
Finalmente, un relato que le parecerá muy divertido a los que estén familiarizados con el fanatismo en los deportes: "Lo hice". ¿Se imaginan a los fanáticos de Chacarita clavándose hachas en la cabeza cada vez que su equipo pierde?
Sobre la edición de Interzona, el libro inaugura la colección "Línea C", junto con Plop, de Rafael Pinedo. La traducción de Preparativos de viaje estuvo a cargo del director de la colección, Marcelo Cohen, y es muy legible. Me gustó la incorporación de giros argentinos para reemplazar al slang que a veces aparece. Un punto a favor para los lectores argentinos, aunque seguramente desconcertará a cualquier otro.
Solamente desearía que en algún futuro incluyeran también la compilación Things that never happen en la colección, para tener más relatos de Harrison en español.
En resumen, leer a M. John Harrison es algo que tiene que hacerse con tiempo. Sus relatos son para leer varias veces, pero cada una de ellas se sale con una luz nueva sobre la historia, o de su relación con otras. Harrison introduce lo fantástico en nuestro mundo, o quizás simplemente nos señala algo que nunca pudimos ver.
Laura Nuñez para Axxón y Garrafex News.