por Gisela Del Vecchio
El autor en estas líneas nos lleva a recorrer el mundo de las “Confabulaciones” (como intitula al libro) confabulaciones de palabras, que con su orden o des-orden, según se confabulen, traducen ideas, sensaciones, y vivencias del autor.
En cada pasaje nos cuenta alguna anécdota o historia relacionada de algún modo a su vida, bien de la mano de sus padres, un regalo, un objeto, la visita de un amigo o simplemente de una pintura que llegó a conmoverlo.
Así, una vez más, en este, su último libro, John Berger: escritor, crítico de arte y pintor, apoyándose en la escritura como medio de acción política y de transmisión de ideas y sentires potencia diferentes escenas, realidades e historias que confluyen en la propia.
Berger se pregunta “…si las formas naturales – un árbol, una nube, un río, una piedra, una flor- pueden ser miradas y percibidas como mensajes. Mensajes -es obvio decirlo- que nunca podrán ser verbalizados y que no nos están particularmente dirigidos. ¿Es posible “leer” las apariciones naturales como textos?”
Qué relación hay entre los textos que no llegan a decir y aquellos discursos que llegan a decir para no decir, textos que son un mero “parlotear” como los utilizados por los medios y los discursos políticos.
Cierro la reseña citando nuevamente al autor, quién abre paso a la esperanza de que existan textos de otra naturaleza, de LA naturaleza, textos que nos atraviesan y nos transforman, dice: “…que el ingenio puede más que lo fatal, que lo deseado es más seguro que lo prometido. Entonces, sostenidos por lo que hemos heredado del pasado y lo que atestiguamos, tendremos el coraje de resistir y continuar resistiendo en circunstancias inimaginables. Aprendemos a esperar en la solidaridad”.