Las buenas noticias no siempre se multiplican, pero a veces sucede que, como una piedra arrojada al agua, un acontecimiento feliz amplía su círculo inicial. Y así pasó con esta antología que nace a instancias de Jorge Luis Cáceres, escritor ecuatoriano, que reunió en tres ediciones sucesivas varios cuentos que colocan a Stephen King como epicentro. La primera edición, con el título No entren al 1408, fue en Ecuador, más pequeña y de distribución local, luego pasó por México, hasta llegar a esta que presenta Interzona: “Acá tomo contacto con la editorial, -cuenta Jorge Luis- cuando la edición ecuatoriana ya estaba en circulación. La publicación en Argentina proyecta el libro a más lugares. En un intermedio de dos años, se da también una edición mexicana, en DF con La Cifra editorial en colaboración con el Ministerio de Cultura de México, ahí se agregan tres autores nuevos, mientras tanto armábamos la edición argentina, para la cual me piden el cambio del título por King. Tributo al rey del terror y la posibilidad de inclusión de nuevos autores argentinos. Y también logré que ingresara Santiago Roncagliolo, que es una carta fuerte de presentación de esta edición, en la que finalmente acepta incluirse, luego de mi invitación a las anteriores.”
El libro presenta 18 cuentos que, en clave de género, sondean, rodean o señalan directamente al universo del autor de It y Carrie, con un resultado original en cuanto al abordaje del terror. Para el compilador, “el terror en la tradición latinoamericana viene de autores como Horacio Quiroga, pero también hay algunos textos que podrían ser emparentadas con el género, como El matadero, o alguna novela como Abril rojo de Roncagliolo, u otras escritas aquí en Argentina que están tratando, tal vez, temas de la realidad política en una clave de terror, aunque con menos fantasía. En Lituma en Los Andes de Vargas Llosa, que trata el mismo tema que Abril rojo, sí hay un toque fantástico, pero en relación al misticismo. King trabaja sobre la vida cotidiana de una sociedad como la suya, sobre la marginalidad, el alcoholismo, la familia disfuncional, los pueblos muy herméticos, pero con un alto vuelo de suspenso, de personajes poseídos, o fenómenos extraños. Lo que está tratando allí es la cultura del miedo de los Estados Unidos. Y lo que este libro quiere demostrar es que sí existe un diálogo entre las tradiciones literarias estadounidense y latinoamericana, que es un diálogo que lleva siglos, desde la lectura por parte de nuestros escritores de Poe, de Lovecraft, maestros de lo siniestro, que luego cada uno reinterpreta o reescribe a su manera. En 1981 Stephen King le dedica a Borges, entre otros autores vivos del momento, Danza macabra, su libro de artículos sobre el género del terror en literatura y cine. Y evidentemente lo ha leído a Borges e interpreta su literatura en clave de terror y horror, donde lo cotidiano es resquebrajado por lo inquietante.”
Como fresco latinoamericano, es de destacar la diferencia de las voces que aparecen en el volumen, con las marcas típicas de las distintas identidades lingüísticas. “Cada uno tiene su propia forma de escribir. Existen un montón de voces. No hay imitación de estilo ni lenguaje de traducción. Tampoco se buscó una corrección para homogeneizar la lengua. El cuento argentino está escrito en argentino, el ecuatoriano en ecuatoriano, eso enriquece a esta colección.”
“Lo que vale es la historia, no el que la cuenta”, es uno de los epígrafes elegidos para abrir la antología. La figura del escritor es recurrente en la obra de King y frecuentemente un personaje escritor lee a otro personaje escritor, o al propio autor, en ese lugar entre la realidad y la ficción cuyas fronteras no son tan difusas como confusas. Y aquí hay escritores que toman su literatura como fuente para homenajearlo y a la vez elaborar propuestas singulares. En muchos relatos hay referencias directas a temas, libros o personajes del norteamericano, o pueden aparecer climas y atmósferas relacionadas con él, sin mención alguna a su obra. Así de rico es, y de variado, el recorrido que proponen. Cada uno toma un camino narrativo pleno de fantasía -ya hacia el futuro, ya hacia la historia de Latinoamérica-, que entra en diálogo con este prolífico autor “ícono de la cultura popular”, soslayado por la academia, vapuleado por la crítica y adorado por sus lectores voraces. “Muchos hemos leído a King y hemos pensado 'esto es lo que yo quiero hacer'", remata Cáceres. Y así lo han hecho. Y continuará. «
«El terror en la tradición latinoamericana viene de autores como Horacio Quiroga.»
Jorge Luis Cáceres