“Sus poemas, a grandes rasgos, son de dos tipos: los plásticos, o descriptivos, y los que reflexionan sobre poesía y conocimiento. En ambos casos el objeto es la actividad poética en un sentido general, y aquello de lo cual se alimenta esta para Stevens: las relaciones entre la mente y el mundo, la ampliación de lo real por obra de la imaginación y la realización verbal de lo imaginado en el poema” - Del prólogo de Marcelo Cohen
InterZona presenta una brillante traducción de Marcelo Cohen para la colección Zona de Tesoros. Se trata de Adagia, un ineludible escrito por el poeta norteamericano Wallace Stevens (1879-1955), autor de poemas tan geniales como “Trece maneras de mirar un mirlo”, “Estudio de dos peras”, “Domingo a la mañana” y “Humanidad hecha de palabras”. En este último postula: “La raza entera es un poeta que escribe / las excéntricas proposiciones de su destino”.
La historia de la publicación de Adagia es curiosa, y reveladora respecto a los modos de circulación de un texto. Escrito en cuadernos entre 1937 y 1948, el libro recién vio la luz como tal en 1957, dos años después de la muerte de Stevens. Los Adagia, como los llama Cohen, fueron incluidos en Opus Posthumous (es decir, Obras póstumas), una compilación de poemas dispersos, obras teatrales y prosa de Wallace Stevens editado por su amigo, el poeta Samuel French Morse, junto a la familia del autor.
Adagia reúne 289 sentencias, aforismos, reflexiones, frases sueltas, cuyo eje gira en torno a la poesía con un abordaje múltiple. Sobre el carácter del material, Marcelo Cohen señala en el prólogo que son “un ejercicio de condensación y quién sabe, apuntes para futuros collages poéticos”.
"La poesía es una respuesta a la necesidad cotidiana de arreglar el mundo” - Wallace Stevens en Adagia
Stevens hace foco en la imaginación y su capacidad de transformar la realidad, en la escritura en sí y su relación con otras artes, en el pensamiento como instrumento perceptivo y en el rol de la poesía en una era de descreimiento y pérdida de la fe. También establece un diálogo oblicuo con sus contemporáneos, y dispara algún dardo estético contra el imaginismo y cierto romanticismo laxo. El tono siempre es claro y ameno, cercano a la ocurrencia:
“No tener nada para decir y decirlo de una manera trágica no es lo mismo que tener algo que decir” - Wallace Stevens en Adagia
Esta edición de los Adagia de Wallace Stevens con el sello distintivo de la traducción de Marcelo Cohen, puede leerse como el ars poetica de un escritor que vivió la poesía hasta el fondo, donde cada entrada invita a detenerse y escuchar el eco que queda después de su lectura.
“Son las explicaciones que nos damos a nosotros mismos sobre las cosas lo que descubre nuestro carácter: los temas de los poemas de uno son los símbolos de su identidad o de una de sus identidades” - Wallace Stevens en Adagia