De Mishima a Henry James, más allá de las grandes distancias, Silvio Mattoni lee la intensidad de una experiencia bajo las figuras del artista. También en Balzac o en Kierkegaard, se plantea el problema del aprendizaje de lo imposible, como paradoja inscripta en toda ficción que niegue su carácter de tal para reclamar algún tipo de verdad. Las novelas dejan paso entonces a los poetas –Borges, Juan L. Ortiz, Alejandra Pizarnik, Marosa di Giorgio, entre otros– que iluminan dos ámbitos en la experiencia de escribir. Se trata de la percepción del mundo y del sentido del lenguaje, que se unen en lo que suele llamarse poesía. Un teatro de lecturas, en fin, armado gracias a la redundancia de ciertas intrigas que buscan siempre el otro lado de cada escritor, no lo que hizo sino cómo llegó a ser lo que fue.
Silvio Mattoni (Córdoba, Argentina, 1969). Da clases de Estética en la Universidad Nacional de Córdoba y es investigador del Conicet. Publicó entre otros libros de poesía: La canción de los héroes (2012), Avenida de Mayo (2012), Peluquería masculina (2013) y El gigante de tinta (2016). Los ensayos: Koré (2000), El cuenco de plata (2003), El presente (2008), Camino de agua (2013), Muerte, alma, naturaleza y yo (2014) y Música rota (2015). El diario: Campus (2014). Tradujo a Michaux, Bataille, Ponge, Duras, Diderot, Pavese, Luzi, Quignard, Bonnefoy, Artaud y Clément Rosset, entre otros.