Ernesto Hernández Busto habla en este libro de violencia y de simbolismo, de sacrificio y de creación, de metamorfosis y seducción, de humanidad y naturaleza. Los cerdos aquí son texto y pretexto para construir un ensayo de múltiples aristas sobre los límites entre lo animal y lo humano.
Desde el célebre pasaje homérico en el que Circe convierte a los compañeros de Ulises en cerdos, hasta un poema de Elizabeth Bishop sobre el Pródigo que vive en un chiquero, Hernández Busto explora en este libro las referencias culturales que construyeron nuestra relación imaginaria con las criaturas del mundo animal. El Señor de las Moscas de William Golding; los “cerdones” en la novela futurista de Margaret Atwood; los análisis de Roberto Calasso sobre el sacrificio védico; el Porco Rosso de Miyazaki y sus afinidades con una divinidad japonesa; las sorprendentes obras del artista belga Wim Delvoye o la coreana Miru Kim.
Este libro traza una vasta y sorprendente red de referencias y afinidades para construir un alegato en favor de la naturaleza humana en relación con el mundo animal.
Nació en La Habana, inició estudios universitarios de Matemáticas en la ex Unión Soviética y regresó a La Habana para cursar estudios en el Instituto Superior Pedagógico, especialidad Literatura.
Fue miembro de PAIDEIA, grupo independiente de estudios que a finales de los años 1980 intentó una renovación de la escena cultural cubana y derivó en plataforma disidente.1