En coedición con Verdehalago
Podría parecer una exageración: fragmentos de un libro de estructura fragmentaria. Cuando un rostro se asoma a un espejo roto, la imagen que ahí se refleja nos habla de la imposibilidad de recomponer los trazos de una continuidad. Cada fragmento guarda su verdad. Y toda la obra de Fernando Pessoa fue fragmentaria. Solo dio unidad a un libro. Lo que escribió quedó desperdigado en papeles de toda clase. Ni siquiera se molestó en escribir sus renglones en un cuaderno. No es pues una arbitrariedad presentar fragmentos de un fragmento. La posible unidad es tarea de cada lector.
Fernando António Nogueira Pessoa (Lisboa, 1888 -ibídem, 1935) fue un poeta y escritor portugués, considerado uno de los más brillantes e importantes de la literatura mundial y, en particular, de la lengua portuguesa; fue, junto con Sá Carneiro, uno de los introductores de los movimientos de vanguardia en su país. Sus escritos se carazterizan por tratar temas subjetivos y por el uso de la heteronimia. De sus 72 heterónimos, los tres más conocidos (y también aquellos con mayor obra poética) fueron Álvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro, para quienes inventó personalidades divergentes y estilos literarios distintos.