Estamos ante un libro que nos llevará a historias, mitos y leyendas; de tiempos tan antiguos como el mismísimo tiempo. La historia del pueblo Ainu es también el legado de la resistencia ante el avasallamiento de la llamada “Civilización”. En este libro se rescata el folklore Ainu, sus historias y su alma (El narrador que nos cuenta esto es el Japonólogo Basil Hall Chamberlain durante el siglo XIX y al igual que el maestro Lafcadio Hearn; para mí el máximo orientalista de la historia… Nos llevan a historias donde el sueño de la vida, va más allá de la misma vida). Pero lo más importante de este libro, comienza desde su prólogo (Emocionante e intenso) escrito por la gran Victoria Cátodos (Traductora del libro y gran profesora de Japonés). La visión de Cardoso escribiendo el prólogo, hace que podamos comprender “la puerta” por la que estamos por entrar con este libro. Sus palabras nos cuentan cada detalle, se adentra en cada detalle de las palabras y del alma mitológica de estas vidas que están escritas para la eternidad. Su “pluma” en el trabajo de traducción (Si también comprendemos que traducir es el arte de tomar decisiones y ser quien nos traiga; las grandes palabras de los maestros antiguos) estoy seguro que Victoria tomó las decisiones correctas en todo lo aquí contemplado. “Cuentos del Folklore Ainu” es también dos libros a la vez, casi como texto de Dazai (Donde la historia narrada es solo una parte del “Todo”) por un lado lo escuchado por Chamberlain y por el otro; la belleza poética de la traducción de la profesora Cardoso (Que en su alma, tiene los grandes valores del arte… Como todos los que crecimos viendo a Mariela Carril en “El club del Animé”). Dado que cada texto del alma Ainu es una poesía en sí misma, un cuento es una ensoñación profunda y nos remonta a nuestra infancia (Aquellos textos que escondían una lección y que nuestras madres nos leían antes de dormir). Como “Coda” final puede agregar que el trabajo de la editorial “Interzona” es brillante. Por momentos pensé en las palabras de Luis Alberto Spinetta: “Siempre existe algo maravilloso que ignorábamos y que podemos descubrir”.