¡Qué silvas! ¡Qué sonetos! La cabeza del poeta lírico era una orgía de colores y de sonidos. Resonaban en las concavidades de aquel cerebro martilleos de cíclopes, himnos al son de tímpanos sonoros, fanfarrias bárbaras, risas cristalinas, gorjeos de pájaros, batir de alas y estallar de besos, todo como en ritmos locos y revueltos. Y los colores agrupados, estaban como pétalos de capullos distintos confundidos en una bandeja, o como la endiablada mezcla de tintas que llena la paleta de un pintor...
Rubén Darío (1867-1916). Fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, el máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es, posiblemente, el poeta que ha tenido la mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico.